DIECISÉIS

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Olivia

El sol brillaba sobre el estadio, creando un mejor ambiente. Sentía mi corazón latir con fuerza y al ritmo de los canticos de los fanáticos. No sé en que momento el futbol me daba tanta euforia, pero de verdad me sentía nerviosa, este partido llevaría a España a la final e imagino que ganarle a un equipo como Francia no debe ser nada fácil, pero tenia un buen presentimiento como siempre. Estaba empezando a pensar que mi estabilidad emocional dependía de este partido, algo que jamas pensé decir.

Ademas, si España gana, me quedaría mas tiempo aquí. Lo que significa, seguir disfrutando de un partido mas, pero también había otra razón por la que quería quedarme.

Pedri.

No quería dejar de sentirme así cuando estaba con él, el momento en que lo conocí, conocí la luz del día verdaderamente, porque él es la luz que necesitaba mi alma para brillar. La forma en como me mira me hace sentir única, como si cada palabra estuviera diseñada solo para mi. A veces me encuentro perdida en mis pensamientos y él aparece y con Pedri cada momento parece un regalo donde con solo mirarme la inseguridad se desvanece y, por un instante, todo encaja y solo somo él y yo.

Los jugadores empezaron a salir por el túnel y se posicionaron en sus posiciones mi corazón parecía como si se detuviera por un momento. Y, finalmente, el silbato del arbitro sonó por todo el estadio dando inicio al partido.

Cuando el partido empieza, los canticos de los aficionados vuelven aparecer, pero esta vez con mas fuerza, trato de pensar en el partido, pero mi mente solo piensa en la persona que tengo al lado. Pedri parece estar envuelto en la frustración e no poder jugar, él desde que se lesiono no para de repetir lo mucho que quería jugar, pero se lo toma con calma, como si estuviera acostumbrado a esto, y puede que sea así, me ha contado la cantidad de lesiones que ha tenido seguidamente durante la temporada con club y yo lo veo como algo admirable, que a pesar de tantas lesiones él siga aquí, pero un nudo se forma en mi estomago cuando lo veo de esa manera.

Trato de darle su espacio, pero también le hago saber que estoy aquí y que quiero estar con él a través de esto que esta pasando.

Mientras los jugadores se lanzan por el campo puedo ver que él esta ahí físicamente, pero su mente esta en el campo y él solo piensa en poder jugar. Aprieto su mano tratando de transmitirle todo mi apoyo, como si quisiera llenar el vacío que deja su lesión.

A medida que el juego avanza, puedo notar como se tensa al ver como un jugador cae o falla un tiro. Siento que el peso de la decepción lo oprime y siento como ese nudo en mi estomago se aprieta cada vez mas.

─Sos mucho mas que un jugador ─murmure solo para que él escuchara

Tuve miedo por unos segundos al ver su reacción. Pude ver como su respiración se detuvo por unos segundos, pero una sonrisa no tardo en aparecer. Había sorpresa en su rostro, pero también había esa chispa de vulnerabilidad que muy poco dejaba ver. Era como si, en ese momento, toda decepción y la carga que llevaba se fueran y solo quedara él, el chico que había aprendido a ocultarse detrás de su imagen de campeón.

READY TO RUN, Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora