DOCE

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Pedri

Al despertar, despierto con un horrible dolor de cabeza y una pesadez en mi estómago. Siento un nudo en mi garganta, que es imposible desatar ahora, miles de imagines de la noche anterior se vienen a mi cabeza y que sé que serán imposibles de borrar por el resto del día. No quería pensar en eso. No quería pensar en ella. No quería pensar en nada más que en los partido y en Eurocopa, pero miles de preguntas se venían a mi mente.

¿Cómo pudo besarlo después de todo lo que me dijo de él? ¿No había sido lo suficiente bueno para ella? ¿Ella nunca lo superó? ¿Me utilizó para olvidarlo? ¿Quiero hablar con ella al menos?

Tengo que levantarme para ir a entrenar, pero realmente lo único que quiero hacer es quedarme en cama y dormir todo el día para evitar pensar en todo el tema.

Anoche llegó Gavi y en cuanto me miro, supe que él sabía lo que pasaba, no le hable así que él tampoco me hablo, pero lo sabía por como me miraba.

Lucho con mis emociones, quiero concentrarme en otra cosa que no sea ella mientras trato de levantarme de la cama, pero es imposible cuando llevo todos los días pensando en ella, siento como si todo a mi alrededor diera vueltas.

─Hermano ─la voz de Gavi lo saca de sus pensamientos, y se da cuenta que esta parado al lado de la cama sin moverse─¿Te sientes bien?

─¿Eh? ─estoy confundido claramente─Sí, sí, estoy bien ─le di una sonrisa para ocultarle como me sentía realmente─Solo estoy cansado, no he estado durmiendo bien

─¿Vas a bajar a desayunar? ─preguntó Gavi, cambiando de tema

Necesitaba despejar la cabeza. Sabía que Gavi no me presionaria a decirle como me sentía.

─Sí...solo dame unos minutos y me cambio. Esperame abajo si quieres

En cuanto escuche que la puerta fue cerrada, di un suspiro largo, no sabía cuantas probabilidades había de encontrarse con Olivia, pero si fuera el caso no hablaría con ella, no ahora.

Me di cuenta que con la ducha logre despejarme de algunos pensamientos, pero en cuanto me cambie y me vi al espejo, no me gustaba lo que veía. Notaba una pequeña sombra bajo mis ojos, sabía que era a causa de no dormir durante toda la noche, solo esperaba poder esconderlo para que nadie viera.

Me pase una mano por el pelo para despertarme mejor y salí de la habitación para bajar a desayunar.

Al bajar, me di cuenta que Gavi me esperaba en uno de los sillones de recepción y al verme lo dejo enseguida y me dio una sonrisa tranquilizadora.

Yo sabía que tal vez Gavi sabía algo, pero no quería preguntar, pero era al más que obvio.

Caminamos por los pasillos del hotel para ir al comedor y al llegar casi todos los de la selección y algunos familiares estaban allí. Pude ver como Gavi movía su cuello hacia los lados buscando a alguien.

READY TO RUN, Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora