Capítulo 1.

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PRIMERA PARTE

LA DENUNCIA (2024)

1

Comisaría de Silent Home

22:15 horas


—Empecemos otra vez.

El agente de policía, cuya placa lleva su apellido el cual es Carrbon, saca un paquete de Marlboro del bolsillo frontal de su vaquero y toma uno para encenderlo bajo mi atenta mirada.

—Salías de trabajar en Movieland —repite lo que le dije hace dos minutos mientras le da una calada al cigarrillo. Cuando expulsa el humo por su nariz, continúa—: y mencionaste que sentiste que alguien te seguía.

—Sí, me siguió un payaso que se parecía a Ronald McDonald, pero más horripilante —le recalco, sintiendo el ardor tras mis ojos el cual indica que deseo llorar, pero no haré tal estupidez en esta comisaria.

—Correcto. —El policía hace un asentimiento e intercambia una rápida mirada con su compañero.

—Después dijiste que ese payaso te amenazó con matar a tu madre si no ibas con él para que te diera un globo rojo —sigue Prescott, el otro policía de piel negra y ojos espeluznantemente brillantes—. Lo que no entiendo es, ¿cómo una chica de veinte años decide creerle a un completo desconocido y, encima, seguirlo a un terreno abandonado? ¿Es que acaso tus padres nunca te enseñaron que no debes hacer eso con alguien que no conoces? Hasta los niños del preescolar saben eso.

Sus palabras me ofenden muchísimo al grado de hacerme apretar la mandíbula.

—Y lo peor de este relato es que ese terreno anteriormente servía para colocar la feria de Scream For Us —finaliza Carrbon, intercambiando una mirada con su compañero.

Me están juzgando.

Ambos lo están haciendo.

Sé que lo hacen porque sus miradas los delatan, aun así, necesito de su ayuda para encontrar a ese bastardo hijo de perra.

—¿Qué parte de que ese payaso me amenazó no comprenden? —siseo, sintiéndome harta de esto—. Aquí la víctima soy yo y necesito que ustedes me ayuden. ¿Qué clase de policías son?

—Modere su tono, señorita Banks. Está hablando con la autoridad.

—¡Autoridad que no está sirviendo para un carajo! —estampo las manos sobre la superficie de la mesa y eso logra que el hombre negro lleve la suya a su arma—. ¡Les he dicho que ese payaso me amenazó, obligó a seguirlo y después me torturó!

Mi cuerpo entero está temblando de la rabia porque ellos no me creen, y si no me creen no harán nada al respecto para buscar al culpable de mi desgracia emocional y mental.

—Siéntese y cálmese —ordena Carrbon y, de la rabia, alargo la mano para quitarle el cigarrito y lanzárselo a la cara.

—¡Me calmaré cuando me tomen con seriedad, carajo!

Y entonces la primera lágrima de completa desesperación se desliza por mi pómulo, haciendo que con rabia me la limpie porque no deseaba llorar frente a estos cerdos, pero lo he hecho.

Tengo que hacer mi papel convincente.

Tengo que hacerlos creerme porque, de otro modo, no encontraré al payaso que me dio la cogida más rica de mi vida.

Si mentirle a la policía hará que lo encuentre, entonces lo haré las veces que sean necesarias porque no me importa que lo metan tras las rejas ya que encerrado no podrá escapar hacia ningún lado ni podrá dejarme por otra.

Ese payaso me jodió la puta mente.

Pero yo voy a arruinarle la puta vida.

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¡Hola, hola!

Todavía es octubre y deseaba tanto venir a dejarles un regalito.

Es la primera vez que escribo terror mezclado con un poco de misterio, suspenso y erotismo, así que no sean tan duros conmigo ;)

Espero que disfruten mucho este corto relato, ¡y no olviden dejar sus comentarios!

DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora