3| Acertijo

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ㅡ¡Carajo! Voy a matarla, la mataré, la

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ㅡ¡Carajo! Voy a matarla, la mataré, la...¡La voy a ahorcar y luego-

ㅡAprecio tu...¿Instinto asesino con fines de protegerme?ㅡReigen interrumpió la retahíla de su amigoㅡPero no es necesario, ¿Sabes? Si vas a prisión por asesinato, me quedaré sin guardaespaldas.

ㅡVas a defenderme, como el buen abogado que eresㅡanimó con una sonrisa retorcida que desapareció segundos despuésㅡDime ¿Cómo te enteraste de eso?

Arataka bajó la mirada, a juzgar por su semblante decaído le estaba costando recordar como sucedió todo, no porqué tuviera problemas de memoria sino porqué era algo que trataba de ignorar durante la mayor parte del día.

Su guardaespaldas deslizó una mano sobre el escritorio al tiempo que se inclinaba sobre el mismo para alcanzar el hombro de Reigen y darle así un par de palmaditas.

ㅡNo tienes que decirlo, sé que es una mierda pasar por algo asíㅡ habló suavemente, aquel tono le pareció extrañamente acogedor al rubioㅡPodemos ir a beber, ¿Qué te parece?

ㅡSabes cómo me pongo cuando bebo, así que no.

El guardaespaldas se alejó, regresando a su silla, se acomodó subiendo sus pies al escritorio, entrelazando las manos sobre el abdomen, mirando a Arataka desde esa posición; este último agradecía internamente que su amigo no le demostrara lastima, ni siquiera fingía pena por cortesía, por esa misma razón se sentía tan seguro de hablar con él cosas tan personales.

ㅡElla y yo llegamos al punto en el que intercambiamos las llaves de nuestros apartamentos, a ese nivel de confianzaㅡ se dió la vuelta con la silla giratoriaㅡEntonces ese día entre a su apartamento, y la encontré con ese hombreㅡse puso de pie, para mirar por la ventanaㅡAsí de simple, me engañó así de fácil.

Reigen exhaló un suspiro al tiempo que asomaba la cabeza por la ventana, el frío ambiente de febrero no ayudaba con su estado de ánimo, el cuál sólo lograba que las nubes se vieran el doble de grises y que el frío se sintiera intenso cuando caminaba por la calle aún con un abrigo encima de su traje de abogado. Prefirió cerrar la ventana, no había nada interesante sucediendo frente a su oficina.

ㅡMalditaㅡprofirió su amigo, bajando los pies del escritorio.

ㅡQuiere que lo hablemos, para solucionarloㅡchasqueó la lengua como si le hiciera gracia, regresó a su silla, mirando la cara de fastidio de su guardaespaldas.

ㅡNo hay nada de que hablarㅡsentenció dándole un no muy fuerte puñetazo a la superficie del escritorioㅡEsa mujer, si es que se arrepiente, sabe que no encontrará a uno como tú en la vuelta de la esquina, así que claro, quiere "solucionarlo"ㅡhizo las comillas elevando las manos a la altura de su rostro.

ㅡVaya, Ekubo ¿Me estás halagando?ㅡsonrió algo orgulloso.

ㅡJodeteㅡmurmuró relajando su espalda en la sillaㅡNo quiero verte con esa mujer otra vez, y si me la encuentro por ahí voy a-

Te quiero igual -MobReiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora