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Recordaba lo mucho que lloró cuando tuvo su segunda ruptura de corazón, fue más intensa, más dolorosa, más significativa. Amar a un hombre le hizo entender un montón de cosas que antes ni siquiera se le habían pasado por la cabeza. Amar a Arataka Reigen lo cambió para siempre.
Y como era de esperarse, estuvo tentado a tomar su teléfono para marcar el número de Reigen e invitarlo a beber algo, pero pensó que eso sería demasiado informal, ¿Entonces sería mejor invitarlo a cenar en un restaurante? No, eso ya era demasiado formal, ¿Comer un helado? Bueno, no eran lo que se llama precisamente amigos como para tener la confianza suficiente y comprarle un helado. Así que durante toda la tarde, Shigeo batalló para que se le ocurriera algo.
Pero nada se le vino a la cabeza, él sólo quería ver a Reigen, hablar con él, no quería beber nada, y no sé le antojaba ningún sabor de helado en particular, sólo estar en la compañía de ese rubio sería suficiente. Carajo, Shigeo estaba corto de ideas por culpa de la bruma que se cernía sobre su mente, el terror de que Arataka no quisiera verlo con el mismo fervor lo abrumó mientras cerraba los ojos para tratar de dormir.
Fue entonces que de repente lo invadió el valor que ataca a los débiles después de media noche, el valor para decir y hasta hacer cosas que no se atreverían a hacer bajo la luz del día. Esto lo hizo abrir los ojos, encender la lámpara sobre su mesa de noche y tomar su teléfono, debajo del aparato se encontraba la tarjeta con el número de Reigen.
Suspiró tras marcar el número telefónico, llevándose el teléfono a la oreja, rogando para que su llamada fuese atendida, permitiéndose tener esperanza aún sabiendo las altas horas que eran.
ㅡ¿Ho-...hola? Reigenㅡtartamudeó cuando la llamada fue contestadaㅡSoy Shigeo, e-es decir Mob.
ㅡ¿Mob? ¿Por qué llamas a esta hora?ㅡ le escuchó hablar con voz roncaㅡ¿Está todo bien?
ㅡSí, todo bi-bien...ㅡno, nada está bien con ese tartamudeoㅡYo qui-quiero verlo.
ㅡ¿Ahora mismo?
ㅡNo, ¿Puede ser mañana?ㅡRogaba para sus adentros con todas sus fuerzas para que así fueraㅡEn el lugar que usted quiera.
ㅡClaro que sí, Mob, ¿Está bien a eso de las cuatro de la tarde?
ㅡSí, perfectoㅡsonrió.
ㅡTe enviaré la dirección en la tarde...ㅡ suspiróㅡEs raro que llames a la una de la mañana.
ㅡLo siento, no volverá a suceder.
ㅡEstá bien, está bien, me dió gusto escucharte, buenas noches o buenos días.
Mob soltó su teléfono cuando la llamada finalizó, ocultó el rostro enmedio de su almohada para ahogar un grito de emoción, después se dió la vuelta sobre la cama para cubrirse la cara con ambas manos. Lo hizo, fue capaz de contactarse con él, eso era lo más importante, así que trató de conciliar el sueño antes de caer en todos los pensamientos negativos que pudieran surgir sobre su encuentro.
