Capítulo IV: ¿No ficción?
Entre líneas, entre datos y fechas, se teje la trama de la vida real. Aquí, la ficción se diluye, dejando paso a la cruda verdad, a la historia que no se escribe con tinta, sino con el sudor y las lágrimas de la experiencia. La sociedad invierte en máscaras de mentiras para crear una falsa utopía en el apocalipsis de sueños rotos.
— ¿Has notado que la semana anterior a la pasada Tomate no apareció ni el martes y hoy ya fue a la casa magnate de vaya a saber quién? — Murmuró.
— A veces me pone nerviosa... —
— ¡Herrera, dime qué trajiste tu cargador por amor a Jebus! — Nemo se acercó corriendo. — Somos los únicos dos que tenemos Android, tengo tres porciento y estoy hablando con el decano. — Ella busco en su mochila y sacó el cargador de Android, él lo tomo y salió a correr.
— Creo que está intentando recibir una beca en Harvard. —
— Ah con razón. Cuchame le vas a decir vos a Ricci de hacerlo en mi casa ¿o qué? — Se metieron dentro del salón, en sus lugares de siempre, ella sacó su teléfono.
— Le tengo que decir yo supongo, que paja boluda. — Se lanzó hacia atrás en la silla. — Encima Jamaica ¿Qué chota hay en Jamaica? —
— ¿Marihuana? ¿Bob Marley? ¿Marihuana? —
— Yo quiero. — Ricci entró y se sentó frente a Iván. — Cuchame ¿Qué tenés pensado? No puedo desaprobar. —
— ¿Quieren venir a hacerlo a casa? Así no se arrancan la cabeza y además necesito a mi terroncito de azúcar. — Nicki abrazo a su mejor amigo.
— La verdad, siendo una pibita bonita no entiendo como salis con este. — Ricci negó. — Listo, hoy voy a tu casa, ¿Qué llevo ricitos de oro? — Iván lo miró, su ceño fruncido se encontraba arruinando sus ojos verdes.
— Lleva el afiche y tus carpetas, si es que tienes algo escrito. — Ricci le sacó la lengua.
— Después me pasan las clases. — se fue, Nicki abrazo a su amigo que empezó a quejarse.
— Ya, ya amor, si querés le preparo el sauna para que... —
— Anda a la mierda. — La empujó y ella carcajeo.
Nicki era real, era la pureza de la honestidad, podía ser introvertida en un grupo amplio de personas, pero no era una historia de ficción que iba a hacerte ver un cuento de hadas. Ezequiel, Iván y Castiel conocían bien a esa Nicki, los chicos de la escuela no, solo podían observan una linda sonrisa y una inteligencia sensacional.
El correr del día hizo su habitue rutina, las clases por lo general no se le daban mal a Nicki y con Iván como copiloto de la vida era un refuerzo a que sus notas para dar de un 7/8 a un 9/10. En la tercera y última hora Nemo, quien había faltado la dos primeras, se acercó a ambos.
— Gracias Herre, me salvaste la vida. — Le dió el cargador, saludo a Iván con ese saludo de porte macho y se sentó con el respaldar hacia delante. — ¿Tenemos que pasar a comprar algo antes o vamos directo a tu house? —
— Nicki tiene todo lo que haga falta en su biblioteca. —
—Aah menos mapas ¿No? — Iván y él rieron, Pero Nicki no pudo escuchar la sutil broma de Nemo, estaba hablando con su madre y prestando toda su atención a la conversación.
Ma 🌻
Hola hijita, cómo estás?[Nicki]
Hola ma, todo bien? Pasó algo?Ma🌻
Todo en orden, quería saber cómo estabas? Cómo te va en la escuela?[Nicki]
Jaja ma si me fui antes de ayer.[Nicki]
Segura todo tranquilo? Qué andabas haciendo?Ma 🌻
Ya se amor, pero para mamá es difícil verte ir todas las semanas, con lo difícil que fue volver a tener está oportunidad contigo... Me gusta cuando estamos juntas, aunque se que todavía estoy aprendiendo.[Nicki]
A mí también me gusta estar juntas ma, tanto como estar con papá, por eso estoy una semana con ambos[Nicki]
Si estás pensando en recaer no lo hagas, lo estás haciendo bien y estoy orgullosa de como saliste sl trote con todas las dificultades[Nicki]
Vas muy bien ma— ¿Todo en orden, Nick? — Iván la sacó de su saco de preocupación.
— Si, si... Mamá, a veces me pone nerviosa. — Confesó.
— ¿Necesitas ir? Traje el auto. — Nemo ofreció señalando la puerta, ella negó.
— Gracias Nemo, no, por ahora creo que está todo en orden. — Sonrió al leer el último mensaje de su mamá antes de salir al trabajo. — Por cierto, Ivo y Ricci vienen a casa hoy, de favorcito. —
— Me lo imaginé. ¿Entonces Ricci se enteraría hoy que ustedes no son novios? — Su ceja se levantó y rieron.
— Esperemos que no. — respondieron al unisono.
Aunque la honestidad era un punto delicado en la vida de Nicki, había un secreto que se mantenía activo hacia año y medio, referente al aspecto sentimal, que Nemo conocía porque las tres familias se conocían hace años.
— Sorprendentemente ya pasó año y medio y nadie se dió cuenta. —
— Con esta carita quien sospecharía que soy gay. — Apretó las mejillas de su mejor amiga, dándole un dulce y fuerte beso en la mejilla.
— Mientras que ni Ross Lynch, Arjona o Jhonny Deep entren a estudiar aquí, puedes estar tranquilo. — Lo empujó y rieron.
— Dudo que lo hagan. — El celular de Nemo sonó en llamada, América Idiot tapó sus risas. — ¿Bueno? — Atendió.
— Le voy a mandar mensaje a Cristi y a papá por las dudas. — Ivo la señaló asintiendo.
— A Eze y Tómate, que seguro van a estar en tu casa. —
— Tenés razón. — Nemo corto la llamada.
— ¿Pero sos, sos? ¿Experimentaste? ¿O crees que sos porque no te atraen las mujeres? — Iván y Nicki se miraron.
— ¿Querés ver si experimente? — Sonrió coqueto, Nemo se levantó.
— Sos un pelotudo. Por el momento me gustan las buenas morenas culonas. —
— Dijo Romeo. — se rieron.
— Buenos días. — Entró la profesora y Romeo se sentó en su lugar de siempre.
— ¡Buenas Profe! — Saludo con una sonrisa.
— ¿Cómo están? ¿Están ustedes tres nomás? —
— Todavía no tocaron el timbre Profe, ¿Quiere qué vaya a tocar? —
— Si mi cielo, anda porque la portera se durmió, no se. — Ivo se levantó para ir.
— Pero solo el timbre, he. — Romeo rio. Nicki le tevoleo la cartuchera.
— ¡Herrera! —
— Se me resbaló. — Sonrió. El timbre resonó de forma grotesca y en cuestión de minutos empezaron a llegar todos, la profesora ya había empezado a escribir en el pizarrón.
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Hasta el cliché nos separé. ©
Novela JuvenilNicki era la protagonista de nadie, una melodía silenciosa en un mundo bullicioso. Dulce y empática, su introversión se ocultaba tras una extrovertida fachada que solo se rompía ante aquellos que realmente captaban su atención. La música y el arte...