Milagro

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Lucifer despertó, se sentía cansado y su cuerpo dolía mucho.

Vio a su padre, Miguel y Alastor conversar, Miguel parecía estar a nada de sacar su espada y rebanar a Alastor en cuadritos, pero su papá lo detenía.

"Bueno... Jaja son tres" decía su papá acariciando su vientre,  Alastor también paseaba su mano por el vientre de su futuro suegro.

"Es increíble... Realmente hay tres bebés aquí?" Preguntaba Alastor, pues el vientre apenas y se veía abultado.

"Jaja, es que no han pasado ni tres meses"

Lucifer se levantó poco a poco, su padre inmediatamente fue a revisarlo "Luci, estás bien?"

Lucifer asintió, le dolía el cuerpo "me duele el cuerpo" dijo sonando sus brazos.

Dios asintió "además de eso, te encuentras bien?" Preguntó, su hijo lo vio con pequeñas lágrimas.

"La maté? Soy malo?"

Dios inmediatamente negó "claro que no, solo... Te descontrolaste un poco, Pero ella aún sigue viva"

"Espero que ya no" se dijo a sí mismo Dios en su mente "y si sigue viva que sufra mucho" seguía pensando.

Lucifer soltó sus lágrimas "no soy malo?" Volvió a preguntar, Dios negó "no eres malo cariño... No pienses eso, sabes que momentos así nos pasan a todos"

Lucifer fue abrazado por su padre, vio a Alastor, el cual se encontraba viendo a Miguel con una mirada asesina.

"Curaste a Alastor" dijo aliviado "gracias"

Lucifer tomó un momento para respirar, aún seguía asustado por la forma en que actuó, sin embargo, ahora no sé le hacía tan raro, pensándolo bien.

Recordó la vez que su padre casi pierde la cordura y postura que siempre tiene, eso lo calmó más, ese día casi muere el cielo entero.

Y aunque no lo calmaba del todo... Lo hacía sentir mejor, por lo menos no quiso comerse a Lilith, que asco.

Se acercó a Alastor y lo abrazó, le dió un tierno beso en la mejilla "me alegra que estés bien" le dijo Alastor viendo a Miguel siendo agarrado de las alas por Dios para que no lo matara.

"Y porque estamos aquí?" Preguntó Lucifer viendo la gran habitación lujosa.

Su padre parpadeo como rana antes de responder.

"Alpastor quería estar a tu lado hasta que despertaras, y nosotros igual, esto fue lo único que se nos ocurrió, porque si te llevábamos a casa de Alpastor de seguro Charlie se asustaría"

"Señor... Es Alastor"

"Eso dije"

"No, usted dijo Alpastor"

"Dije Alastor y punto, no me hagas enojar porque ando sensible"

Miguel asintió ante lo dicho.

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En el infierno Lilith gritaba de dolor, pues además de lo que Dios le hacía, Roo la tenía del cabello, golpeándola una y otra vez.

Ángeles Guardianes (continuación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora