•°☆°•♡•°☆°•
Changbin sacó la bandeja de galletas recién horneadas mientras tarareaba "Last Christmas" de Wham!. Toda la casa olía a las deliciosas creaciones que el omega estaba haciendo para regalar y vender al día siguiente en la cafetería por la fiesta de navidad.Había llegado su época favorita, y aunque también era un dolor de cabeza por las múltiples órdenes que le llegaban, los decorativos de la cafetería, los menús especiales y demás, era demasiado trabajo para él. Ahora, a pesar de estar esperando a dos cachorros, a su alfa insistiendo que dejara de trabajar y a su mejor amigo y colega del trabajo diciéndole que podía hacerse cargo, nada le detenía de disfrutar de su época favorita.
La puerta de entrada sonó, su alfa entrando a su hogar y siendo recibido por los diversos aromas que había alrededor. Desde la vainilla que usaba para la mezcla de las galletas, el chocolate con la cual estaba fundiendo para sus decoraciones y su propio aroma intensificado por el embarazo, Minho se dirigió directamente a la cocina en busca de su omega.
- Omega, ¿Qué es todo esto? - Cuestionó tan pronto como entró a la cocina, sorprendido por todos los materiales que abarcaban todo el lugar.
Sabía que para Changbin, la cocina era su lugar sagrado, dónde ocurrían todas sus creaciones para la cafetería. Minho se había asegurado de equiparla lo mejor que pudiera y si algo le hacía falta, mandaba rápidamente a que lo resolvieran y así mantener contento a su omega.
- ¡Alfa! No te escuché llegar - El omega se apresuró para llegar hacia él, llevando consigo un par de galletas entre sus manos.
El alfa casi tuvo un paro cardíaco en ese momento al ver cómo Changbin se dirigía a él, con aquel mandil navideño rojo y con estampado de muñecos de jengibre, amoldandose a su bello vientre que cargaba a sus dos cachorros, su rostro un poco hinchado que le hacía ver qué no tenía tanto tiempo de haber despertado de una siesta y algunas manchas de harina por su rostro, haciéndolo más adorable de lo que ya estaba para él.
- Prueba esto, creo que sabe mejor este que este de acá, estoy probando nuevos sabores - Empujó sobre sus manos las diferentes galletas, queriendo saber su opinión.
- ¿Y no me vas a recibir primero? - Arqueó una ceja, fingiendo molestarse.
- Perdón, es que quiero que lo pruebes - Se disculpó, no sin antes depositar un rápido beso sobre la comisura de los labios ajenos, enfocándose nuevamente en las galletas.
A Minho no le agradó del todo ese recibimiento, pero no podía molestarse al ver a Changbin tan desesperado para que probara de sus galletas. Agarró la primera y la saboreó, no sorprendiendose ante la exquisitez de como su omega cocinaba. Cuando probó la segunda, fue difícil darle una respuesta.
- Las dos saben buenas, Omega -.
Frunció el ceño - Pero debes de elegir una -.
- ¿Cuál quieres que elija? -.
- ¡Eso es trampa! Debes de elegir la que más te guste, no debe depender de mí -.
- Si elijo una, ¿Ya me vas a recibir como es costumbre? Estás lastimando a mi lobo ante tu rechazo -.
Su lobo aulló, siguiéndole el juego. Changbin había comprendido que cuando se lo proponían, su alfa y su lobo se aliaban para hacerlo caer en sus encantos, no podía resistirse.
- Está bien, sólo quiero saber de qué mezcla haré las galletas para mañana -.
Eligió la galleta con forma de muñeco de nieve, la otra se la comió rápidamente antes de romper la poca distancia que quedaba entre ellos y posar sus manos sobre su cuello, inclinando lo suficiente para acceder a sus labios. El primer tacto fue gentil, tierno y apenas un deleite para sus lobos que se extrañaban, pero el segundo tacto fue más feroz para saciar la necesidad que habían sentido en el día por verse. Una de sus manos bajó hasta su vientre, dando leves caricias mientras disfrutaba del calor de su omega.
Pero como en los últimos besos que habían compartido, Changbin se separó demasiado rápido para su gusto y se giró, dándole la espalda mientras trataba de borrar el sonrojo que amenazaba con cubrir su rostro.
El lobo de Minho gruñó, queriendo seguir cerca del omega. Envolvió sus brazos por detrás, recargando su barbilla sobre su hombro mientras respiraba su aroma, demasiado feliz por tener tan cerca la fuente donde provenía el olor a vainilla combinado con un aroma dulce y tierno por sus cachorros junto al suyo, era todo para él.
- ¿Qué pasa, Omega? Te siento tenso - Y no mentía, por medio del lazo podía sentir lo tenso que se ponía tan pronto como se separaba - ¿Estoy haciendo algo que te moleste? -.
- ¡No! Para nada - Negó rápidamente, dejando caer las palmas de sus manos sobre sus mejillas, frustrado de no saber cómo decirlo - Es que no sé cómo decirlo...-.
- Solamente expulsalo, no te quedes con ello dentro -.
Changbin se armó de valor, dejando salir un suspiro antes de hablar - Me gusta que me beses, pero no lo que viene -.
El alfa no lo comprendió, ladeando su rostro - ¿Lo que viene? -.
- Es que es demasiado bochornoso para explicarlo, simplemente olvídalo - Trató de separarse, pero Minho no lo permitió.
Meditó sus palabras, tratando de descifrar el mensaje oculto. ¿Después del beso que venía? Le gustaba ser cariñoso con su omega, jamás había notado algo raro una vez que terminaban de besarse, solo que Changbin terminaba alejándose mientras recuperaba el aire y mantenía su distancia. En medio de su pensamiento, una idea surgió y levantó una ceja con cierta curiosidad.
- Cariño, ¿Acaso te refieres al aroma que sueltas? -.
El omega chilló desconcertado, queriendo que la tierra se lo tragara. Adoraba estar esperando a sus dos cachorros, pero últimamente los síntomas que presentaba era un deseo desenfrenado por su alfa, demasiado necesitado de sus atenciones. Su aroma se endulzaba, tratando de llamarlo y pedirle de una manera necesitada que lo ayudara, pero el alfa era demasiado distraído con ese aspecto como para siquiera darse cuenta de lo que su omega había pedido todo ese tiempo. Changbin terminaba abanicándose y abriendo todas las ventanas para tratar de disimular su aroma dulzón, tomando toda la distancia posible mientras lograba calmarse.
- Dios, esto es más vergonzoso de lo que imaginé - Ocultó su rostro entre sus manos, buscando nuevamente apartarse de no ser porque su alfa lo alzó, ignorando por completo que ya no pesaba lo mismo a cuando se conocieron, y lo colocó sobre la isla de la cocina.
Minho se hizo paso entre sus piernas hasta romper cualquier tipo de distancia que hubiera entre sus cuerpos, inclinándolo lo suficiente sobre el mármol, cuidando de no lastimarlo. Probablemente diversos paquetes de harina cayeron, los colores artificiales para las galletas se mezclaron en el piso y un par de utensilios de cocina. Sonrió de una manera que derritió al omega, aferrando sus manos sobre sus hombros mientras evitaba aún su mirada.
- Sabes que puedes decirme todo ello, no debe de ser algo vergonzoso - Tomando una de las manos que descansaban sobre su hombro, la alzó hasta sus labios para depositar un suave beso - Disculpa a este tonto alfa por ser tan despistado, cariño -.
- Basta, tengo que hacer las galletas para mañana - Susurró, tratando que su voz sonara lo más normal que pudiera.
- Perdón, pero me temo que no podré acatar tu petición, ahora tengo algo importante que hacer - Encontrando las tiras del mandil, lo desató en un rápido movimiento.
Changbin no pudo negarse a sus planes, su lobo demasiado feliz con los encantos de su alfa, deleitándose con las caricias que eran provocadas sobre su cuerpo.
No hacía falta aclarar que las galletas pasaron a un segundo plano, el omega terminó tumbando el resto de las cosas que aún quedaban detrás suyo y un alfa renovando su marca. Al final de cuentas, la navidad podía esperar para ellos.
•°☆°•♡•°☆°•
ESTÁS LEYENDO
°•✦𝑪𝒐𝒇𝒇𝒆𝒆✦•° 《𝕄𝕚𝕟𝔹𝕚𝕟》
Fiksi Penggemar•°☆°•《𝓕𝓲𝓷𝓪𝓵𝓲𝔃𝓪𝓭𝓪》•°☆°• °•♡《𝕄𝕚𝕟𝔹𝕚𝕟》♡•° °•♡Donde Minho, un alfa malhumorado y de semblante serio, se enamora del dueño de una cafetería, un omega risueño con un aroma atrayente y dulce para si, al comprar todos los días en el lugar, si...