Luego de un rato escuchando el llanto comencé a preocuparme. Tal vez algún infeliz había dejado tirado a un niño a mitad del bosque, así que cuidadosamente tomé mi ballesta para salir a dar un recorrido y averiguar lo que estaba sucediendo realmente, no podía quedarme sin hacer nada.
No voy a negar que el miedo se estaba apoderando cada vez más de mi, sin embargo cuando vi a esa pequeñita junto a un árbol reaccioné de inmediato y corrí hasta ella. Definitivamente estaba sola y no tenía más de cuatro años.
— Hola pequeña—Saludé desde una distancia prudente.
Su llanto cesó y al verme allí se puso de pie a gran velocidad, sin embargo cuando vio mi arco se detuvo de golpe y soltó un grito.
— Hey tranquila, mírame—Lancé el arma lejos. Solo de esa manera logré que se quedara en silencio, aún así no dejó de temblar.
— Voy a ir hasta a ti, prometo no hacerte daño—Avisé.
Caminé lentamente hasta que llegué junto a ella y me puse a su altura, lamentablemente no lograba ver mucho por la falta de luz, pero lo que sí sentí fue su carita helada y mojada por sus lágrimas.
— Debes tener hambre, cariño—Dije quitándole un par de mechones de cabello que tenía en la cara y a la vez secando su rostro.
— Mucha—Contestó con voz débil.
— Bien, te llevaré hasta la fogata y allí te daré de comer ¿de acuerdo?.
— Mhmm.
No quería que caminara mucho en el estado en que se encontraba, así que la tomé en mis brazos y de esa manera me dispuse a caminar de vuelta hacia donde estaban las cosas. La pobre niña estaba tensa en mis brazos aun asi se abrazo como koala en mi torso.
Al llegar, la dejé en el suelo y me puse a su altura nuevamente. Esta vez si podía verla mejor, su rostro y su ropa estaban llenos de tierra. Tenía los ojos rojos e hinchados, además de que parecía tener un pequeño moretón en su frente.
— Necesito asegurarme de que estés bien ¿me permites lavarte la carita? — Pregunté lo más amable posible.
Asintió con la cabeza y se echó el pelo hacia atrás para hacerme la tarea mucho más fácil. Tomé la cantimplora con agua y a pesar de que esta estaba jodidamente fría, la pequeña no soltó queja alguna. En cuanto terminé de lavarle las manos también, fui en busca de algún trapo para secarla y no me quedó más opción que hacerlo con una de mis camisas preferidas.
— Ya estas lista, te ves hermosa—Le di un toque en su pequeña nariz.
— Gracias—Contesto con una leve sonrisa—Tu no eres mala.
— Por supuesto que no—Le sonreí de vuelta—Yo me dedico a proteger a las personas.
— ¿Sí?—Preguntó con aparente ilusión.
— Asíes. Bien, te dare algo para que te puedas abrigar y luego comeras.—Hice exactamente lo que había dicho y en cuanto acabó su trozo de pan me quedó mirando atentamente.
— ¿Mas?—Preguntó sonriente.
— Amm...—Le eche un vistazo a la bolsa, ya no quedaba mucho para la cantidad de dias que me faltaban de viaje—Por supuesto, ten.—Luego de un rato me volvió a mirar.
— Más por favor—Dijo y yo suspiré. Esta pequeña come igual que yo.
(...)
— Gracias por... por el pan—Dijo en un pequeño bostezo.
— Deberías dormir un poco, pequeña. Te ves muy cansada.
— Quiero a mami—Hizo pucheros y seguido de esto sus ojos se cerraron.
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Tentación (Jenlisa)
FanficLa Iglesia había preparado a Jennie Ruby Kim para ser una de las mejores cazadoras de brujas, sin embargo, no esperaban que una de ellas lograría que aquella cazadora cayera ante la tentación. Lalisa Manobal, una bruja que se había jurado una y otr...