Las semanas pasaron volando, estuve tan ocupada con exámenes y proyectos que estuve llegando tarde al trabajo, mis amigos entendían esto y mis retrasos eran justificados pero aún así tenía la cabeza en otra.
Llegaba agotada a la casa pero me obligaba a mí misma a tener mínimo dos horas con Romina por más cansada que estuviera, no quería descuidarla por nada del mundo.
Las cosas con Elisa estaban normal pero desde su viaje hasta el día de hoy la noto con algo extraño aunque intenta ocultarlo, no hago preguntas, estamos bien y no quiero arruinar eso con mis inseguridades.
Sigo aferrándome a confiar en ella ciegamente, no tengo porque desconfiar, nos queremos.
—Ya se durmió.
—Gracias.—Me estiro un poco recostándome en el sillón.— ¿Quieres ver una película? Salió una que se llama...No recuerdo el nombre.—Me río .–pero es de Disney.
—¿No dijiste que estabas muy cansada ? Deberías ir a dormir un poco, yo todavía tengo que terminar una tarea, es un collage simple pero lo tengo que entregar mañana temprano.—Se apoya con su rodilla a un lado de mi cadera y la sujeto de la cintura tirándola encima de mi.– Ve a dormir.—Besa mi mejilla y sonrió negando.—¿No tienes sueño? Estuviste todo el día ocupada.
—Quiero estar contigo un rato.—Murmuro contra su boca. Siento su cuerpo tenso de nuevo, así ah estado desde que regresó hace casi dos semanas, no entiendo el porqué. A simple vista parece estar bien y feliz pero cuando intento que tengamos un momento así de íntimo se pone tensa e intenta cambiarme el mood.— ¿Qué pasa?.—Pregunto al fin cuando intento abrazarla sin segundas intenciones y se aleja poniéndose de pie lentamente.—Eli.
—No tengo ganas, estoy muy cansada.—Parpadeo un par de veces confundida y algo dolida por lo que dice, no debería, no me dijo nada malo pero.— Iré a terminar eso y luego vamos a dormir, ¿si?
Asiento sin saber qué decir mientras me sostengo de mis codos viéndola entrar a la habitación y luego salir con su computadora para sentarse en la cocina a terminar su tarea.
Algo tímida por ese repentino cambio de actitud, al que ya estoy intentando acostumbrarme, me levanto para ir hacia la cocina y preparar algo de café para ambas.
—Um.—Me acerco con su taza entre mis manos sin mirarla directamente, mi vista fija en el vapor que sale de la taza.—¿Puedo sentarme?
—Si quieres.
—El álbum es hermoso, vas a aprobar.—Digo después de unos minutos en silencio, no responde, solo me dedica una sonrisa y bebe un poco de café antes de volver su vista a la computadora.— ¿Es un collar nuevo?.—Pregunto al ver por primera vez la cadena delgada colgar en su cuello.
—¿Qué?.—Baja la mirada a su pecho y toca con su mano el dije que cae cerca de su pecho , murmura por lo bajo algo que no entiendo
y después niega con la cabeza.— Ya lo tenía, hace mucho que no lo usaba y quise sacarlo un rato.