Parte Doce

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El sonido de mi propio suspiro fue lo primero que escuché al despertar. Al abrir los ojos, una oleada de confusión y desconcierto se apoderó de mí. Miré alrededor, tratando de entender dónde estaba. Definitivamente, esto no era mi habitación, y el aroma sutil a menta en el aire tampoco coincidía con mi espacio habitual. Me incorporé de golpe, sintiendo el palpitar en mi sien por la repentina urgencia de mis pensamientos. ¿Dónde...?

—Buenos días —la voz de Jungkook me sacó de mis pensamientos, tan relajado y casual como si no hubiera nada extraño en que yo estuviera aquí, en su apartamento.

Lo observé desde el umbral de la puerta de la habitación, con una taza de café en mano y un tono... ¿amable? No supe qué decir, la sensación de rencor y todos esos sentimientos encontrados que me generaba se mezclaron con una pizca de incomodidad.

—¿Qué... qué hago aquí? —pregunté, tratando de mantener mi voz firme.

—Anoche bebiste un poco más de la cuenta, y bueno... no ibas a llegar en ese estado sola a casa —respondió, apoyándose contra el marco de la puerta con una sonrisa apenas perceptible en los labios—. Te traje aquí para que pudieras descansar tranquila.

Ese “tranquila” resonó en mi cabeza de una manera extraña. Parte de mí quiso decirle que no necesitaba de su amabilidad, que podía habérmelas arreglado sola. Pero otra parte... bueno, otra parte simplemente estaba agotada. Respiré hondo, intentando mantener el rencor a flote, sin dejar que las cosas fueran tan sencillas.

—Gracias, supongo —murmuré, incapaz de encontrar palabras para lo que sentía en ese momento.

Jungkook me observó por un segundo más de lo necesario, y luego, como si supiera que no me apetecía hablar, se giró para dejarme algo de espacio.

—Te preparé café —dijo en un tono suave—. También tienes agua en la mesita, por si la necesitas.

Me senté en la cama, frotándome las sienes mientras intentaba ordenar mis recuerdos de la noche anterior. Fragmentos de la noche regresaban en destellos: Jungkook... las copas de vino... las risas... Jimin y finalmente la oscuridad cuando todo empezó a desvanecerse. Pero lo que más me incomodaba era esta situación extraña, con Jungkook cuidándome de una forma que jamás hubiera imaginado.

Después de unos minutos, finalmente me levanté, aceptando el café de su mano sin siquiera mirarlo a los ojos.

—¿Qué fue lo que pasó anoche? —pregunté en voz baja, decidida a aclarar todo este embrollo.

—Te lo dije —respondió, casi con un toque de burla—. No quisiste dejar de beber y no pensé que quisieras volver sola a tu apartamento en ese estado.

Quise responder, decirle que no necesitaba de sus explicaciones, pero la verdad es que me sentía avergonzada. Parte de mí quería agradecerle, mientras que la otra mitad simplemente deseaba largarse de ahí y olvidar el momento. Pero en vez de decir nada, le di un sorbo al café, sintiendo el calor recorrerme y ayudándome a calmar los nervios. Sin darme cuenta, Jungkook había hecho que algo en mí se sintiera menos... agobiado.

—No tenías por qué haberte molestado —murmuré, incapaz de mirar sus ojos oscuros que me observaban con una intensidad inquietante.

—No fue una molestia —replicó él, con esa sonrisa tan suya—. Pero la próxima vez, Hani, intenta no mezclar tantos sentimientos con el alcohol. No es la mejor combinación.

Apreté los labios, frustrada con su comentario, pero sin fuerza para refutar. Sabía que tenía razón; mis emociones, la confusión que sentía, todo estaba complicándome de una forma que no había anticipado. Así que simplemente me quedé en silencio, sintiendo el peso de la situación.

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⏰ Última actualización: Oct 25 ⏰

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Busan In Love {Jimin - BTS} || #EBOxA24Donde viven las historias. Descúbrelo ahora