Chapter 33

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Roseanne

Mi tío se pone de pie, forzando una sonrisa.

—Calabaza, lo que escuchaste ahora es...

—La verdad —lo interrumpo. Nunca interrumpí a mis tíos pero hoy es diferente—Y quiero saber el resto.

—C-cariño—tartamudea mi tía—Fue hace mucho tiempo.

—¿Abandonarme a mí y a mamá también fue hace mucho tiempo, tía?

Jadea, sus manos cubriendo su boca.

—Te escuché el otro día—Mi voz es neutral, casi demasiado distante. No sé cómo hablar en otro tono sin desmoronarme—Me deben una explicación—les digo.

Un profundo suspiro sale del pecho de mi tío mientras se tambalea hacia atrás y cae junto a mi tía.

—Dile.

Mi tía toca su sien con dedos temblorosos.

—N-no.

—Sabíamos que llegaría este día, Blair—La mandíbula del tío se aprieta—Solo díselo ya. Ella merece saberlo.

—¡Dije que no, Jaxon!

Aparto la mirada de ella y me concentro en el tío.

—¿Quién es Félix?

Sus ojos se abren como nunca los había visto antes. Como si estuviera teniendo un ataque al corazón.

—Oh, Dios—La voz de mi tía se atora con un sollozo.

Por lo general, haría cualquier cosa para no verlos así pero no hoy. Hoy, necesito respuestas incluso si tengo que lastimarlos en el proceso.

—Tuve un sueño... no, una pesadilla, acerca de agarrar su mano antes de desaparecer en el lago—La picazón comienza debajo de mi piel—¿Quién es él?

—Fue solo una pesadilla, cariño—Mi tía ya ni siquiera suena convincente.

—Nunca fueron pesadillas, tía. El dolor, la angustia y las lágrimas nunca fueron pesadillas ¡La sangre, los gritos y los sollozos nunca fueron pesadillas!

—¿Por qué demonios has pasado, calabaza?—El tío suena derrotado, completamente y totalmente desgastado.

¿Por qué he pasado?

Ellos son los que deben decirme eso.

—Estoy preguntando por última vez, tía ¿Quién demonios es Félix?

—Él era tu hermano—dice el tío en voz baja.

Agarro la correa de mi mochila con tanta fuerza que me sorprende que no se rompa.

—¿E-era?

—Murió en ese lago sobre el que siempre tienes pesadillas.

Es como si alguien tomara un cuchillo y lo metiera directamente en mi corazón defectuoso.

Estoy sangrando y nadie puede detenerlo.

—¿C-cómo?

Los ojos del tío se llenan de simpatía.

—Se ahogó, calabaza. Tenía solo siete años en ese momento, un año mayor que tú.

No.

Félix no puede estar muerto. Félix tiene que estar vivo.

—Estás mintiendo—grito.

El tío comienza a ponerse de pie, a punto de consolarme, sin duda pero levanto una mano.

Deviant Queen II (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora