Capitulo 3

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Sasuke se sorprendió al ver lo nervioso que estaba cuando Sakura entró en la oficina con el bloc de notas en la mano. Ella no se vestía como una secretaria ejecutiva. su ex asistente, nunca había llevado su cabello negro con nada que no fuera un recogido profesional o moño. Sus trajes perfectamente profesionales, hechos a medida habían destacado su figura acicalada, la que probablemente hubiera pasado la mayor parte de su tiempo libre perfeccionando. Ella habría sentido como en casa en la portada de una revista. Él también podría haber mantenido el hielo congelado sobre su culo. En contraste, Sakura llevaba puesta una falda demasiado grande que no podía disimular el bamboleo erótico de sus caderas y una blusa informe que escondía aún menos. Tenía unos pechos bellísimos. Usaba muy poco maquillaje y su cabello rosa caía en unos bonitos rizos sueltos. Lucía vistosa, pero nunca llamativa. ¿Por qué le palpitaba el corazón cuando ella entraba en la habitación?

-Hola, Itachi-san señor Uchiha. ¿Deseaban verme? -preguntó con su dulce voz.

Afortunadamente, Itachi podía articular palabras cuando ella estaba por allí dado que, por el momento, Sasuke se sentía incapaz. Ita se levantó deprisa de su asiento para acompañarla al suyo. Como era de esperar, estaba justo al lado del de él, tan cerca que sus rodillas casi se tocaban, y Sasuke estaba atrapado detrás de su descomunal escritorio. Solo. De todos modos estaba donde le correspondía.

-Toma asiento, amor -le dijo Itachi con una sonrisa.

Ella pareció no prestar atención al término cariñoso. -Gracias.

Ella le sonrió a Itachi. Sasuke se obligó a no moverse. Cada instinto le decía que saliera de detrás de ese maldito escritorio y se uniera a ellos. Joder, podía levantar a Saku, sentarla en su regazo y llevar adelante esta pequeña reunión con su verga presionada contra su culo. Tal vez entonces lo empezaría a llamar Sasuke. Aunque tenerla llamándole Señor con esa manera tan dulce mientras le metía la verga en el coño, también sería atractivo. Mierda! Tenía mucho más en común con sus hermanos de lo que jamás admitiría. Se removió en su asiento porque su pene era un mástil pleno y se tranquilizó esperando que pareciera una preocupación paternal.

- Sakura, tenemos que hablar de algo.

Su columna vertebral se envaró y sostuvo su bolígrafo listo. -Sí, señor.

Señor.

Esa sería una buena manera de llamarlo cuando la obligara a bajar sobre su verga. O no le podría llamar nada en absoluto, incapaz de hablar porque estaba demasiado aturdida por el placer. O ella podría guardar silencio porque se había suicidado después de que la descuidara. Sí, eso sonaba más realista.

-¿Está usted bien, señor Uchiha? - Sakura se inclinó hacia adelante, los ojos jades muy abiertos por la preocupación.

Sasuke apartó a la fuerza los pensamientos de su cabeza. No iba a actuar en consecuencia. Ella se merecía algo mucho mejor que él. Brevemente consideró quedarse atrás. Sus hermanos podrían ocuparse de ella en Suna. Pero si dejaba a Shusui con Ita ahora, Sasuke sabía que la posibilidad de enmendar la relación con su hermano sería escasa.

Maldita sea.

-Estoy bien, Sakura. Pero tengo un problema con el que tú me puedes ayudar.

Su sonrisa casi iluminaba toda la habitación. -Por supuesto.

Itachi se hizo cargo, los ojos ónix le brillaban de afecto al mirarla -Necesitamos que vengas con nosotros en un pequeño viaje de negocios y actúes como nuestra mano derecha.

Ella bajó el bloc de notas y se volvió a Itachi, el deleite claramente en su rostro. Ella realmente tenía una conexión con Ita. A pesar de que no se tocaban, Sasuke no podía ignorar la atracción que los conectaba, como un hilo invisible.

Amor Sin Limites 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora