Uno pensaría que si la vida le había enseñado algo a Mabel Pines, era a nunca confiar en un demonio, sin importar la situación, el costo o el beneficio. Sus tratos siempre son malos y engañosos, sin excepción alguna.
A veces, la muerte era incluso la mejor opción. Al menos, eso ahorraría posibles futuros apocalípticos para el resto de los seres vivientes en su universo.
Pero Mabel no era una persona que veía la vida en blanco y negro, como su tío Ford y Dipper. Que algo fuera cierto posiblemente no quitaba que pudiera estar equivocado, aunque las probabilidades podrían estar en su contra en porcentajes que prefería no calcular, pues estos la alarmarían aún más.
Si algo la caracterizaba, diferenciándola del resto de su familia, era que siempre confiaba en su corazón, y ahora este le decía que estaba en lo correcto.
¿Verdad?
Sus pasos comenzaron a aminorar; Tal vez todo esto era un error, un enorme y monstruoso error. ¡Debía regresar y advertir al resto!
Un pequeño quejido antinatural se oyó desde el bulto de lana que llevaba cuidadosamente entre sus brazos. Los pájaros salieron volando despavoridos de entre las copas de los árboles, perturbados por aquel sonido, dando el ejemplo que ella misma debería seguir... si no fuera tan testaruda y temeraria.
—Ya... ya casi llegamos —mintió mientras reanudaba la caminata. Tal vez debería tomar un desvío y fingir que se había perdido por el camino. Pero presentía que sería atrapada al instante. Después de todo, es casi imposible engañar a alguien que está conectado telepáticamente contigo.
—Necesito que te presiones, humana; no sé cuánto tiempo pueda mantener esta forma física —la voz le provocó un escalofrío. Al parecer, nunca se acostumbraría al sonido ligeramente metálico de un demonio, lo cual de por sí no le traía buenos recuerdos.
—Voy lo más rápido que puedo —se quejó, recibiendo un pequeño gruñido del demonio, quien sabía que ella mentía. En el fondo, Mabel esperaba que aquel ser, ahora indefenso, muriera en el camino. ¿Eso... la convertía en una mala persona?
O tal vez lo que acababa de hacer era lo que realmente la convertía en una.
Era un dilema, y ella los odiaba.
▲ ▼ Seis horas antes ▲ ▼
La joven gemela Pines se encontraba en los alrededores del bosque de Gravity Falls, Oregón, recolectando una especie anormal de musgo iridiscente. ¿ Candenti Musco ? Trató de recordar el nombre que le había dicho su tío-abuelo Ford.No le parecía especialmente relevante, pero pensó que sería útil recordarlo, ya que Ford finalmente la había aceptado para participar en algunas de sus investigaciones más recientes.
No quería defraudarlo después de que él depositara en ella un poco de confianza, viendo un potencial que probablemente no tenía, pero aun así tenía muchas ganas de ganarse su merecido lugar al lado de su hermano. Sin importar si eso la condenaría a vivir en su sombra, algo muy probable.
Al menos, de esa forma estarían juntos. Gemelos misterio para siempre.
Y esto era divertido, en verdad. Se convenció a sí misma, bueno, en su mayoría.
No iba a negar que escapar de trolls furiosos y de algún que otro minotauro resentido con su hermano era uno de sus mayores placeres; la adrenalina del momento y los gritos ya no tan femeninos de Dipper le hacían sonreír cuando no debía.
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Demonio del Caos - Mabill
FantasyMabel se encuentra atrapada en una encrucijada entre el deseo de preservar su humanidad y el ardiente caos que ahora recorre sus venas. Desde su transformación en la nueva Demonio del Caos, su vida es una constante batalla por ocultar su verdadera...