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Después de la plática más extraña que tuvo con su esposo, en la cual tuvo que mentir sobre usar talismanes y reliquias antiguas para que una "roca" cantará.

Decidió que gastaría sus puntos B más responsablemente y también se aseguraria de que nadie se enterara de sus compras.

Fue una fortuna que su esposo fuera quien lo descubrió, si hubiera sido alguien más la platica hubiera sido diferente y no habría podido desviar la platica tan pronto.

Nadie más se podía enterar.

Bueno, tal vez si una persona más.

— ¡Avión! - abrió de golpe la puerta de la oficina de Shang Qinghua

— ¡Hermano pepino! - Respondió no tan asustado como normalmente estaría

— ¿Me esperabas? - paso a sentarse en su lugar predestinado de cada que pasa por ahí

— Claro que si, llevo días esperando que vengas a hablar sobre la actualización del sistema - Emocionado, se sentó frente a el mientras sacaba la vajilla

— ¿Días? Yo recién ayer recibí la actualización - se cruzó los brazos, no era justo.

— Si, la recibí hace unos días, pero he estado tan ocupado que no había tenido tiempo de revisarla bien y hablar contigo - no sirvió el té, solo uso un talismán para calentar el agua

— Algo me dice que ya se lo que compraste - dijo con una sonrisa y sirvió las tazas

— ¿Esperabas algo más? - Sonrió mientras sacaba un frasco transparente

Como si fuera una reliquia importante, Shang Qinghua abrió lentamente el frasco y con una pequeña cuchara tomo el contenido y lo disolvió en el agua caliente.

Cuando el aroma llego a su nariz sintió la mayor renovación de su vida.

— ¿Azúcar? - Shang Qinghua saco otro frasco igual

— 2 por favor

El resto de su reunión fue ellos dos tomando café mientras hablaban de sus futuras compras.

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Horas después, de vuelta en su cabaña de bambú, Shen Qingqiu había comprado su propia dosis de café, seguramente ese día termine algo asqueado de tomar café y tal vez incluso no pueda dormir, pero no le importaba en ese momento.

Estaba tomando una nueva taza de café, esperando a su esposo, cuando al fin  escucho la puerta abrirse.

— Shizun, he vuelto - Luo Binghe había tenido que irse nuevamente para resolver otro problema

Cuando escucho su voz sintió un subido de energía externo, posiblemente la cafeína haciendo estragos en su sistema.

— Bienvenido, Binghe - Dejo su taza para ir a saludar a su esposo

Como cada día, Binghe rápidamente lo beso, pero hubo algo diferente esta vez, se separó y lo miró fijamente.

— ¿Binghe? - No era común que pasara eso

— Shizun hoy tiene un sabor distinto - Hablo y antes de que Shen Qingqiu pudiera contestar algo volvió a hablar - Me gusta - y volvió a besarlo con más fuerza esta vez

El beso comenzaba a profundizar, sentía el sabor del café en su boca junto al sabor natural de Binghe.

Paso los brazos por el cuello de su esposo, invitandolo a continuar pero cuando sintió las manos de su pareja acariciar debajo de su cintura su cerebro le jugó una mala broma.

Empujó a Binghe, poniendo sus manos en su pe hijo para mantenerlo alejado.

— ¿Sh- Esposo? - tenía un puchero en su rostro y por más que a Shen Qingqiu le gustaría continuar, su imaginación ya no lo dejaba

Recordó una ocasión en la que, el día del aniversario de sus padres, su madre pidió que se quedarán en casa de su abuela para poder salir con su padre a gusto, recuerda que esa mañana antes de irse su mamá tomó más de una taza de café y cuando pregunto ella solo respondió que a su padre le gustaba el sabor del café, en ese momento no entendió a que se refería, aunque sus hermanos si ya que hicieron gestos y rápidamente lo sacaron de la casa.

Ahora entendía a que se refería su mamá.

— Tengo sueño, hay que irnos a dormir - Escapo de los brazos de su esposo

— ¡Shizun! - Luo Binghe, indignado, corrió detrás de su marido hasta su habitación

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