Capítulo 4. "Malas noticias"

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Estaba completamente agotado. Tenía muchísimo trabajo y Ava me tenía muy preocupado con lo del embarazo. Siempre que me llamaba para alguna emergencia, tenía que salir corriendo de la oficina y dejar todo el trabajo a mi asistente. No eran emergencias muy urgentes, pero aún así me preocupaba demasiado por lo que pasara con Ava y la bebé. Tenía miedo de que algo malo sucediese en mi ausencia. Ava no era descuidada, sin embargo, era muy frágil y sensible. Ahora que estaba embarazada, lloraba hasta por la mínima cosa.

La niña saldría muy llorona.

Oh Dios, tendría que tomarme unas vacaciones cuando naciera la bebé para así poder ayudar a mi esposa a darle el biberón, cambiarle los pañales y dormirla. No sería una tarea fácil. El trabajo más difícil sería cambiarle los pañales sucios. Pero creo que sobreviviré.

Mi celular empezó a sonar y rápidamente contesté sin tan siquiera ver el número de la pantalla.

—¿Hola? —contesté.

—¡Justin! —chilló. Era la voz de Ava y sonaba muy agitada—. Te necesito. ¡Ya! Es urgente.

—¿Qué pasó? —pregunté alarmado—. ¿Te ocurrió algo? ¿Cómo está la bebé?

—E-estoy s-sangrando —sollozó—. Por favor, ven rápido.

—¡¿Qué?! —grité alarmado. Me levanté sobresaltado y tomé mi chaqueta, salí corriendo del edificio y busqué desesperadamente las llaves de mi auto—. ¿Por qué estás sangrando?

—Fui una estúpida. Me resbalé mientras bajaba las escaleras —gimió adolorida—. Traté de caer de rodillas, pero el golpe lo recibió la bebé.

Finalmente abrí la puerta de mi auto y me subí tan rápido como pude. Encendí el auto, arranqué a toda velocidad y traté de tranquilizarme, pero me fue imposible.

—Joder... —maldije en voz baja—. No te preocupes, mi amor. Estaré en casa en menos de cinco minutos. Ya estoy en camino.

—No estoy en la casa —soltó un quejido—. La señora Perkins y su esposo escucharon mis gritos y me trajeron al hospital. Estoy en emergencias.

—¿Ya te revisaron?

—El doctor está en camino —habló con dificultad—. Recién acabo de llegar.

—Bien —mordí mi labio inferior—. Todo estará bien, ¿de acuerdo?

—T-te n-necesito —lloriqueó—. Cariño, tengo mucho miedo...

Sentí como las lágrimas picaban detrás de mis ojos pero me contuve.

Tenía que ser fuerte.

Por mi esposa y mi bebé.

—Estaré allí en menos de lo que te imaginas.

—Te amo.

—Te amo mucho más, mi amor —fue lo último que dije antes de colgar.

Conducía como un loco, no me importaba pasarme los semáforos rojos y recibir una multa, en estos momentos no me importaba nada. Sólo quería llegar al hospital, buscar a mi esposa y decirle que todo estaría bien, a pesar de que estuviese en riesgo de perder a nuestra bebé. De sólo pensarlo me daban ganas de romper algo y echarme a llorar como un niño pequeño.

Y en menos de cinco minutos ya estaba en recepción preguntando por mi esposa.

—¡Señor Bieber! —gritaron detrás de mí. Giré sobre mis talones y me encontré con mis vecinos—. Ava está en cuidados intensivos.

La señora Perkins me miró angustiada y mi preocupación aumentó mucho más que antes.

—¿Cómo está mi esposa? ¿Y la bebé?

—El doctor no nos ha dicho nada —respondió el señor Perkins—. Después de que habló con usted, se puso muy mal. Empezó a tener contracciones, estaba sangrando mucho y se desmayó. Las enfermeras se la llevaron a cuidados intensivos ya que el bebé podría morir si no detenían la hemorragia.

—Al parecer, el golpe fue fuerte y provocó el sangrado —prosiguió la señora Perkins—. Pero si Dios quiere, todo saldrá bien. Ava y la niña estarán bien, sólo hay que tener fe.

—Dios, necesito sentarme y asimilar todo lo que está pasando... —murmuré.

Tomé asiento en unos bancos que estaban cerca y empecé a rezar. Lo único que podía hacer en estos momentos era rezar por la salud de las dos personas más importantes en mi vida. A pesar de que la bebé aún no ha nacido, ya formaba parte de mí. ¡Y sería una niña! Es lo que siempre soñé.

Sería muy injusto que Dios me arrebatara la oportunidad de conocer a esa niña.

Ava y yo soñábamos con tener una familia numerosa. Teníamos todos los recursos para mantener a los niños y darle una buena educación; no nos hacía falta nada. Ella tenía un buen trabajo y yo era gerente de un banco, ganaba un muy buen sueldo. Incluso podríamos adoptar una pequeña niña o un niño. Pero lo que más queríamos era tener hijos propios. Formar una hermosa familia y aún más ser felices.

—¿Familiares de la señorita Bieber?

Rápidamente me levanté de mi asiento cuando escuché la voz del doctor.

—Soy su esposo —dije con voz ahogada, mirándolo fijamente—. ¿Cómo sigue mi esposa? ¿La bebé? ¿Todo está bien? ¿Puedo pasar a verla?

El doctor me miró fijamente y suspiró con pesadez.

—Lo siento mucho, pero su esposa sufrió un aborto espontáneo —habló fuerte y claro pero se escuchaba como que también lo sentía—. No pudimos hacer nada para salvar el bebé pero su esposa está bien. Puede pasar a verla.

Entonces sentí que mi mundo se derrumbaba en pedazos.

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¡Hola hermosuras! ¿Qué tal? Yo estoy un poco triste porque este capítulo ha sido un poco fuerte y difícil... Y también porque sólo queda un capítulo para que el os se acabe, y claro, tendrá un epílogo. Trataré de subirlo cuanto antes porque ya quiero finalizar con esta historia y subir otro one shot que será de humor.

Disculpen si las hice llorar😩 pero desde un principio esta era mi idea. Aunque el epílogo será totalmente diferente y creo que quedarán conformes. Ya saben lo que dicen; después de la tormenta, sale el sol. No haré excepciones con esta historia.

¡Muchas gracias por los +1k leídos!💘son asombrosas, muchísimas gracias por leer😻 y pues nos leemos muuuuy pronto, ba bai👋

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