¿como no lo pensamos?

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Capítulo 7: El plan de escape

La jungla se cernía sobre ellos como una masa densa y enmarañada, y la noche comenzaba a envolver la isla. Los sonidos de los dinosaurios en la distancia, combinados con el susurro de los árboles, creaban un ambiente sombrío y tenso. Nadie podía bajar la guardia en esta isla misteriosa, pero el grupo sabía que necesitaban descansar antes de continuar.

—Debemos encontrar un lugar seguro donde pasar la noche —sugirió Elena, todavía visiblemente afectada por lo que acababa de ocurrir en la base—. No podemos seguir así de agotados.

Tom asintió.

—Tiene razón. Necesitamos pensar con claridad, y para eso necesitamos descansar. Tal vez podamos encontrar alguna cueva o construir un refugio temporal.

Liam revisó el área, atento a cualquier señal de peligro.

—Pero tiene que ser un lugar donde no nos puedan rastrear —advirtió—. Si esos guardias tienen más recursos de lo que pensamos, no dudarán en salir a buscarnos.

Después de un rato caminando, encontraron una cueva en una pequeña elevación, rodeada de árboles densos y lianas. Era pequeña pero parecía segura. Encendieron una pequeña fogata usando ramas secas, y todos se sentaron en círculo, agradecidos por un momento de descanso.

—Bueno, ahora que estamos a salvo por el momento… —Aya comenzó, mirando el cuaderno que había traído consigo desde la base—, tenemos que decidir nuestro siguiente paso.

Todos se inclinaron hacia ella mientras abría el cuaderno. Había garabatos en las primeras páginas y dibujos de dinosaurios, pero conforme Aya pasaba las hojas, la información se volvía más compleja. Había diagramas de ADN, notas sobre experimentos y referencias a algo llamado “Proyecto Génesis”.

—¿Proyecto Génesis? —preguntó Elena, levantando una ceja—. ¿Qué se supone que significa eso?

Aya frunció el ceño, revisando rápidamente las páginas.

—No explica mucho aquí, pero parece que estaban tratando de… recrear especies extintas, trayéndolas de vuelta a la vida.

Tom cerró los ojos, intentando procesar lo que estaban leyendo.

—¿Entonces este lugar… no es solo un experimento con dinosaurios? Es una especie de proyecto genético. Eso explicaría por qué había una base y por qué esta isla está tan aislada.

Liam miró hacia el exterior de la cueva, inquieto.

—¿Y si no solo es una reserva de dinosaurios? ¿Y si hay otros experimentos en la isla, o incluso otros animales que también trajeron de vuelta?

Aya continuó leyendo en silencio, pasando de una página a otra hasta que se detuvo en una sección titulada "Protocolo de Emergencia". Las palabras estaban garabateadas, como si hubieran sido escritas apresuradamente.

—Escuchen esto —dijo Aya, con el rostro pálido—. Dice aquí que, en caso de una "brecha de seguridad" o "exposición pública", deben evacuar a todo el personal, dejando a las criaturas sin supervisión. Solo tienen una vía de escape: una aeronave que se mantiene en un helipuerto al norte de la isla, que solo es accesible para el personal de alto rango.

Los cuatro amigos se miraron, con los ojos llenos de esperanza.

—Si logramos llegar a ese helipuerto, podríamos tener una manera de salir de aquí —dijo Tom.

Liam frunció el ceño, claramente cauteloso.

—Pero no será tan fácil. Si alguien nos ve tratando de llegar allí, nos atraparán. Y considerando que escapamos de la base, estarán en alerta máxima.

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