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✧ ˖ ꒰ ੭' Only - Lee hi

Even on rainy nights and lonely
days Fill me with your bright
colors I'll do better if you stay
with me like this

Me desperté cerca de las cinco de la mañana, la noche anterior se había sentido mal, desafortunadamente no tenía para el jodido doctor, estaba enfadada conmigo misma, yo era una perdedora, me extrañó no ver a Jennie acostada así que con el corazón...

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Me desperté cerca de las cinco de la mañana, la noche anterior se había sentido mal, desafortunadamente no tenía para el jodido doctor, estaba enfadada conmigo misma, yo era una perdedora, me extrañó no ver a Jennie acostada así que con el corazón en la boca revisé el baño pero no había nadie, caminé por el pequeño pasillo hasta que el olor de algunos alimentos llamaron mi atención.

—¿Que haces despierta?.— dije en voz baja, aún era muy temprano y no quería despertar a mi hijo.— por cierto, ¿no has visto mis calcetines?.— dije algo confundida, sólo tenía dos pares de ellos.

—No podía dormir.— dijo pasando las manos por su cabello, lucia con sueño.— y tus calcetines te los quité anoche para lavarlos.— dijo levantándose para caminar cerca de la cocina, no teníamos un cuarto para lavar, nuestro apartamento era pequeño y despintado, cualquiera pensaría que somos algunos rufianes escondiéndose en los barrios bajos como lo era brownsville. Me pasó los dos pares de calcetines y los llevé a mi rostro, era una manía que tenía.

—Adoro que estén calientitos.— dije para después subir una pierna para poder ponérmelos.— dijo y se sentó frente a mi.

—Lis... llegó otro aviso.— la miré.— es del gas y la luz.— estaba jodida, no tenía dinero y temía que nos corrieran, hoy había despertado mas temprano para poder buscar trabajo en algunas de las pequeñas fabricas.

—No te preocupes, lo tengo cubierto...— dije levantándome, obviamente le estaba mintiendo.— y deja de levantarte temprano, te prometo que en esta semana te llevaré con el doctor para saber como esta nuestro pequeño jaguarcito.— dije arrodillandome frente a ella para sobar su aún plano vientre.

—No tienes que hacerlo Lis, en mi primer embarazo ni siquiera tuve que asistir con un doctor, gracias a la señora miller que es buena partera nuestro pequeño esta con nosotros.— negué con la cabeza, eso era muy cierto pero no podía arriesgarme nuevamente.

—No, Jennie.— el olor a quemado llegó hasta mi nariz.— huele a quemado...— dije distraidamente, se levantó con rapidez y la sartén en la que estaba cocinando estaba sacando humo negro, lanzó una maldición y luego hizo una mueca de tristeza, tiró los restos de comida quemada ala basura y regresó a dónde yo estaba.

—Que pasa...— recordé los cambios en Jennie e hice una mueca al verla.— tenías algún antojo cierto.— ella me miró y asintió con la cabeza.

—No pasa nada amor.- negué con la cabeza mientras me levantaba.— de todas formas luego se me pasa.— no dije besando su cabeza.— no puedes hacer eso, que era lo que querías...— ella quedó en silencio.— tengo una idea... haré algo de desayunar para ti y para Félix.— dije sonriendo mientras abría el pequeño refrigerador todo viejo, para mi sorpresa los tres pisos estaban completamente vacíos, el contenedor de fruta sólo tenía una pequeña papa y unas cuántas zanahorias, en el lado de la puerta sólo el viejo jugo de naranja, apreté los puños con coraje, tenía que rogarle a mi jefe para que me diera nuevamente el trabajo, no podía matar de hambre a Jennie ni a mi hijo, mucho menos podía permitir que mi futuro bebé tuviera estas incomodidades.

Estaba enojada y al verme en ese estado Jennie me tomó de los hombros, cosa que me relajó.

—No te preocupes...— dijo abrazándome por la cintura mientras descansaba su cabeza en mi espalda.— sólo fue un pequeño antojo, todavía hay unos cuántos trozos de tocino... les haré...— la interrumpi.

—Eso cómelo junto a Felix.— dije separándome de ella.— vendré en unas horas.— dije besandola, ella me miró confundida así que agregué.— iré a visitar a mi jefe, le pediré un aumento.— dije mintiendo, ella sólo sonrió y me besó.

—Espero que en verdad te lo de.— asentí con la cabeza.- que te vaya bien amor.— prometo venir tan pronto como termine mi compromiso.- ella asintió con la cabeza, volví a darle un pequeño beso en la frente y caminé hacia la puerta, antes de salir observé los cinco sobres de diferentes deudas, no sabía cómo saldría de esta, bajé las viejas escaleras, aún estaba oscuro en Brownsville pero algunas fábricas empezaban a trabajar a estas horas, me dirigí por un pequeño callejón dónde los mendigos lo usaban como hogar, la mañana era fría pues estábamos a punto de entrar en invierno, lo que significaba que pronto todo estaría cubierto de nieve, los enormes tambores de fierro de algún nombre de una de las fábricas estaba llena de varias cosas y una enorme fogata en la parte alta, algunos vagabundos negros estaban frotando sus manos contra la llamarada para buscar un poco de calor, no quería terminar como ellos, unos ya eran viejos, seguí caminando sin hablarles, vivir en un barrio de mala muerte dónde la mayoría eran negros no era lo más agradable, algunos me buscaban problemas por ser blanca, para ellos era algo así como una ofensa por eso la mayoría del tiempo prefería tener perfil bajo ante ellos. De lejos miré como entre los pequeños y abandonados edificios el humo negro de las empresas y fábricas empezaba a salir, lo que significaba que ya había gente trabajando en aquellos sitios, seguí caminando hacía la fábrica más cercana, la mayoría eran de autos o partes de autos, repartidores de diarios, otras promocionaban cosas y otras eran el camuflaje para las bandas peligrosas de este lugar.

Llegué a la primera fábrica, unos tipos manejaban máquinas pesadas, era una construcción en crecimiento y estaban dando trabajo para albañiles o chófer de alguna máquina, recordé lo buena que era en la mecánica, talvez conseguiría algún lugar en este lugar, pisé la fábrica con una enorme sonrisa en el rostro la cual se me borró al ver como los tipos afroamericanos me miraban con recelo, jamás entendería el odio a la comunidad blanca o a mí misma, estaba igual de jodida que ellos. ¿Porque simplemente no podían aceptarme? Uno de los tipos traía una camiseta color beige y un cigarrillo de marihuana entre sus dientes, traía unos lentes oscuros y su característico corte de cabello, estaba dando órdenes a los sujetos que se habían quedado fulminándome con la mirada.

—Buenos días.— dije tan pronto como lo vi.

— dije tan pronto como lo vi

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Doble actualización! 😸

La peleadora | Jenlisa GIP Donde viven las historias. Descúbrelo ahora