III: El humano más engañoso de todos

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DÍA 04: Embarazo sobrenatural 


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De nuevo, tal vez por su labia, su carisma, su perseverancia; el Dr. Cartman logró convencer a la Dra. Bárbara de una última, última oportunidad. El ultimátum del ultimátum. Después de soportar sus chillantes súplicas durante toda la mañana, la rubia cedió y le permitió intentar entrar una última vez a la prisión del alíen. Probablemente con la esperanza de que el salvaje extraterrestre pelirrojo lo terminara de liquidar y así poder deshacerse de una buena vez de él.

Oh, pero en realidad una vez que el Dr. Cartman entraba en tu vida, era imposible sacarlo. La Dra. Stevens tendría que continuar soñándolo.

Contra todo pronóstico esta vez el intento de acceder a la prisión de cristal blindado y contactar pacíficamente con el alíen de esponjoso cabello rojo dio un resultado, inesperadamente por todos: positivo.

— ¿Lo logró? —cuestionaron los Doctores Stotch y Donovan al unísono, detrás de un par de asientos que usaron como escudos, mirando igual de incrédulos que todos en el laboratorio.

—Lo logró... —farfulló la Dra. Stevens por lo bajo, arrugando un pañuelo entre sus manos, decepcionada de que el alíen no haya acabado con el castaño.

El Dr. Cartman, compartiendo una mirada llena de complicidad con el alíen, estrechó su mano contra la de Kyle sin recibir un ataque, represalias. No, para nada. Solo un apretón de manos amistoso y...

Y no pasó desapercibido por nadie el color que adoptaron las antenas del alíen: color rosa. El Dr. Stotch no tardó en anotarlo en su gráfica, abriendo una nueva interrogante ¿Qué significaba ese color? ¿Por qué está vez el alíen no atacó? ¿Aprendió de la última vez? ¿Algo cambió?

Sí, algo cambió. Aunque solo el Dr. Cartman tenía la respuesta a dicha interrogante.

Tras insistirle repetidas veces a Kyle, este le dio una respuesta muy a regañadientes, una muy corta y sosa para su gusto. Pero que continuaba siendo reveladora: para la especie de Kyle la luz rosa significaba cariño.

Y sí, Cartman pudo comprobar en repetidas ocasiones que la luz cambiaba a rosa cuando tenía acercamientos con él, sobre todo los tres primeros días que transcurrieron tras haberse acostado. Cualquier toque, por más sencillo que fuera, lo ponía muy nervioso y coloreaba de rosa sus antenitas alienígenas. Pero poco a poco fue relajándose y el contacto físico dejó de ser suficiente para provocarlo.

Sin embargo, cuando el Dr. Cartman mostraba una actitud que era más amable, tierna o dulce hacia Kyle, este enseguida encendía sus antenitas de rosa.

Tomando estos datos, dio con la conclusión de que el color rosa se encendía por: contacto físico (o más específico, tratos eróticos) actos de servicio y cuando usaba un lenguaje más romántico, poético hacía con él. En pocas palabras... ¿Cuándo surgía el trato común entre las parejas? El semblante de Eric empalideció. Con temor, mucho temor, casi se ahogó con un poco de agua tras tragar y deducirlo... Que el rosa, más allá del cariño, era la natural reacción del enamoramiento.

—Carajo... —farfulló Cartman palmeando su escritorio y cerrando su diario de investigación.

Revolvió sus lisos cabellos castaños con estrés.

Sabía que él era irresistible... Pero no tanto como para enamorar un alíen.

Sin dudas la situación podía resultar muy provechosa para él. Es decir, tendría a Kyle por completo de su lado ¿No? Podría continuar con su farsa sin más impedimentos.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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