➳ Ruta 2

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Aclaración ‼️

La siguiente parte está basada en "¿Qué hubiera pasado si Akaza salía del agua al darse cuenta que no podía morir?" Mientras escribía me surgieron dos formas para desarrollar la historia. Y como terminé ambas, dije: "Bueno, vamos también a compartirla". Es un especial de Halloween, así que ¿Dulce o Truco?
¿Por qué no los dos?

En esta versión Rengoku no tiene el sueño. Es una persona totalmente inadvertida sobre la existencia de Akaza.

Quizás esperé demasiado; más de lo que pudiera calcular

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Quizás esperé demasiado; más de lo que pudiera calcular... pero el punto dónde se suponía, dejaban de regenerarse mis pulmones, nunca llegó. La prueba de ello, era que volví a abrir los ojos, y aún estaba ahí.

Cuando pensé que me había desconectado por completo, resultó que en realidad, sólo me había quedado dormido, podría decir que hasta desmayado.

Era obvio que no sería suficiente; la asfixia no sería suficiente para eliminarme.

Sólo un método era indudable que serviría, más sin embargo, desistí de él, porque no quería generarme un tormento físico; el emocional era meramente insoportable.

Aunque... tal vez había otro. Uno que, sí, generaba dolor, pero era uno momentáneo. Una tajada limpia y rápida en el cuello podría ser más soportable que pararme en el día y aguantar sin huir de la luz que me quemaría y me haría uno con el aire. Sí, esa era la mejor opción.

Entonces me incorporé y nadé de vuelta a la superficie. Al salir, me recibió el mismo cielo nocturno que ví cuando me sumergí... o eso creí, pues cuando me fijé bien a mi alrededor, ya no había sólo uno, sino que incluso había varios árboles de bugambilias resguardando el lago.

¿Un parpadeo y se habían multiplicado?

Si eso no fuera lo suficientemente extraño, cuando quise irme por el mismo camino que por el que llegué, ya no me guiaba sólo el pasto verde, sino que una especie de sendero hecho de rocas se abría paso entre los arbustos.

Decidí seguirlo y me adentré en el bosque.

Pero entre más caminaba, la calma no parecía mostrar indicios de perturbarse. Además, la constante voz de ese hombre hablándome directo en mi cabeza, ya no parecía estar. Era como si hubiera desaparecido.

Daba igual. Aunque la carga era menor, el peso de la culpa seguía ahí.

Mi objetivo no cambió en ese momento. Debía encontrar un humano. Sin embargo, cuando llegué a lo que según yo era el final del bosque para dar con un terreno desolado, me topé con una construcción.

No recordaba haberla visto antes, pues conocía los alrededores de ese bosque como la palma de mi mano. Después de todo, lo había explorado.

Por eso ver ese edificio ahí me tomó desprevenido; aún así, no vacilé en investigarlo.

Te Encontré | AKRNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora