Un fin de semana promedio (3/5)

31 3 3
                                    

"Acepta tu derrota, Barlier."

"¡Jamás!"

En un bonito y espacioso jardín, May François estaba sentada al lado de Patrice Barlier, mirando entretenida cómo su abuelo Dole jugaba otra partida de ajedrez con el padre de su tía Pepi.

"Has perdido dos veces ya."

"¡La tercera es la vencida!"

Aunque más que un juego, a este punto ya era solo una humillación, y sintiendo algo de pena, la pequeña rubia llamó la atención del hombre a su lado. Él se inclinó un poco, permitiéndole susurrarle un par de cosas ante la mirada sospechosa de Dole.

Cuando May se alejó, el rostro de Patrice se iluminó con una sonrisa victoriosa. Con poco más de un par de movimientos, dio la vuelta a la situación y logró ganar.

"¡Por fin lo logré! ¡Ven aquí, pequeña genio!" El hombre se puso de pie contento y, con algo de dificultad, cargó en sus brazos a la niña para festejar. La bajó rápidamente, a veces olvida que ya no es tan pequeña como antes.

"Traicionado por mi propia nieta, ¿quién lo diría?" Dole se cruzó de brazos indignado. May chistó al ver ese gesto similar al de su madre Claire.

"Oh, no seas así, Dole." Un hombre alto y de apariencia intimidante se acerca a ellos. "Barlier lleva sin ganar nada contra nosotros desde hace meses. Déjalo obtener esto."

"Tampoco me tengas lástima, Kugret," el hombre más bajo lo miró mal.

May se entretenía con la interacción de este trío, especialmente porque era de las pocas veces en que podía ver a su abuelo Dole con una expresión totalmente relajada.

"Ya, ya, vamos ahora, la cena está lista," les informa Kugret sonriendo al ver la expresión irritada de su amigo.

Los François tienen una relación especial con los Barlier-Kugret; ambas familias habían pertenecido a la facción de la casa François, y aunque eso se trataba de una cuestión meramente política, el respeto y admiración que los patriarcas de ambas familias guardaban hacia Dole François siempre fue genuino. Después de todo, a pesar de ser el tercer hombre más influyente del reino, Dole era un hombre íntegro y fiel a valores respetables.

Pero además, Dole no era el único François apreciado por ambas familias.

Su hija, Claire François, aunque conocida por ser una niña caprichosa, tomó a Pepi y a Loretta bajo su protección desde pequeñas. Muchos podrán pensar que la relación de ese trío era vacía y únicamente de conveniencia, pero nada más lejos de la realidad.

Claire siempre buscó lo mejor para sus amigas, intentaba protegerlas a su manera, y ambas chicas admiraban de corazón a la joven rubia.

Siendo la relación entre estas familias tan estrecha, no es de extrañar que las gemelas hayan sido recibidas con los brazos abiertos en la casa Barlier-Kugret. ¿Cómo no? Son hijas de Claire y nietas de Dole.

Las familias Barlier y Kugret comparten el mismo hogar desde que las gemelas los conocen. ¿Las razones? May no comprendió la explicación vaga que le dio mamá Claire cuando preguntó hace unos años, algo sobre la revolución y problemas de dinero.

Para ser honesta, a la pequeña rubia no le interesa; todo lo que sabe es que visitar esa casa significa ser el centro de atención de sus tías, el tío Lorek, y los padres de ellos.

Sobre la familia y otras cosas - Me enamoré de la villana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora