Mi objetivo es salvar al segundo protagonista de la ruina [EUFDLVELM]

8: Nada es lo que parece en la corte

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El recuerdo de hoy fue un poco diferente del resto.

Aria no vio a través de sus propios ojos.

Como una espectadora aparte en un show, vio como las cosas se desarrollaban.

Al igual que la vez que vio a Eckless atrapado dentro de la celda, parecía que el poder del dragón quería mostrarle algo.

Aria vio algo parecido a un sótano.

Las escaleras eran infinitas.

Antorchas iluminaban el camino.

Las catacumbas bajo palacio eran infinitas.

Miles de miembros de la familia real estaban enterrados en ese sitio.

Desde el primer emperador hasta el último por el momento.

Todos se encontrarían allí a menos que la corona fuera tomada por otra familia que no fuera la Regulus.

Unos pasos resonaron por el vacío lugar.

Los guardias en la entrada cambiaron su postura por una firme.

Con voz fuerte, anunciaron la llegada de alguien.

- ¡Saludamos al sol de nuestro imperio!

- Descansen — una voz demasiado conocida les ordenó y los guardias relajaron su postura.

Con una antorcha en mano, una capa roja se deslizó por el suelo frío de las catacumbas.

Aria casi quiso apartar la vista si hubiera podido.

Sabía sin necesidad de ver su rostro de quien debía tratarse y desde su encuentro aquel día, no deseaba ver su rostro tan a menudo.

Aún así, como si su mente no escuchara sus quejas, el recuerdo siguió.

Unos pasos se detuvieron frente a una tumba en específico.

Aria leyó el nombre con algo de asombro y una extraña sensación.

Aquí descansa la princesa Aria Regulus. Luna, flor y mariposa de nuestro imperio.

Las palabras habían sido iluminadas por la llama de la antorcha.

Ella no se lo esperaba.

Realmente no era bonito ver tu propia tumba.

Aún así, no entendió el motivo de ese recuerdo, ni los motivos que lo llevaron allí.

Las llamas iluminaron el rostro de la persona.

Ojos escarlata fluyeron tras el fuego.

Callisto Regulus estaba ante la tumba de su hermana.

La antorcha fue colocada en un poste.

Sin ningún tipo de ceremonia, el chico se dejó caer en el suelo al lado de la tumba.

Aria lo observó extrañada.

No entendía que podía hacer allí.

- Hola, hermanita. ¿Cómo has estado?