Kakashi estaba de pie frente a sus tres genin, con su habitual expresión relajada oculta por la cinta que cubría el ojo de su Sharingan. "Os he recomendado a los tres para los Exámenes Chunin", anunció.
La cara de Naruto se iluminó al instante. "¡Kakashi-sensei, eres el mejor!", gritó, lanzándose sobre Kakashi en un abrazo de cuerpo entero. Kakashi, sin embargo, se quitó a Naruto de encima con un movimiento de muñeca, volviendo a su típica postura indiferente.
"Si quieres hacer los exámenes, firma la solicitud y ven al aula 301 de la academia a las tres de la tarde dentro de cinco días. Eso es todo", terminó Kakashi, sonriendo bajo su máscara.
Naruto, ya perdido en sus pensamientos, sonrió ampliamente. "¡Ehehe, Exámenes Chunin! Exámenes Chunin!" rió para sí mismo, tratando de contener su emoción.
Naruto estaba lleno de emoción, imaginando las intensas batallas que le esperaban. "Tendré que enfrentarme a ese tipo con la momia en la espalda... ¿cómo se llamaba?". ¡Kankuro! Y luego está ese tipo con actitud...". La sonrisa de Naruto se ensanchó al imaginarse venciéndolos sin esfuerzo. Casi podía verlo ahora: de pie sobre una montaña de oponentes derrotados, recibiendo el sombrero del Hokage, saltándose por completo el rango de Chunin y convirtiéndose en el mejor shinobi de la historia de Konoha.
"¡Ya está! Voy a demostrarles a todos lo increíble que soy", pensó Naruto, apretando el puño con determinación.
Mientras tanto, Sasuke permanecía en silencio. Su rostro estaba tranquilo, pero su mente zumbaba de expectación. No estaba concentrado en Kankuro, sino en Gaara, el chico pelirrojo de inquietante presencia. Ese chico era diferente a todos los demás con los que se habían encontrado. Los ojos de Sasuke se entrecerraron. Tenía que enfrentarse a él. La emoción de enfrentarse a oponentes fuertes encendía en él un fuego competitivo, pero debajo ardía su deseo de hacerse más fuerte, de acortar la distancia que lo separaba de él.
"Me enfrentaré a cualquiera y ganaré. No voy a perder contra nadie, y menos contra él". Miró brevemente a Naruto. "Tampoco con este idiota". Sonrió.
Pero mientras Naruto y Sasuke estaban entusiasmados con la perspectiva de desafiar a sus oponentes y ponerse a prueba, Sakura permanecía en silencio, sintiéndose cada vez más incómoda a cada momento que pasaba. A diferencia de sus compañeros, ella no estaba ansiosa ni emocionada. De hecho, tenía una abrumadora sensación de temor.
La mirada de Sakura se posó en el suelo. ¿Cómo puedo siquiera pensar en competir? se preguntó. No podía seguirle el ritmo a las habilidades de Naruto, que mejoraban rápidamente, ni al talento de Sasuke. Ambos estaban ya muy por delante de ella, y la diferencia sólo parecía aumentar cada día.
Naruto estaba mejorando a un ritmo increíble gracias a su entrenamiento con los clones sombra. Estaba realmente impresionada por su dedicación, aunque no lo demostrara. Empezaba a sentirse abandonada, aunque nunca lo admitiría. Sasuke era harina de otro costal. Siempre había sido muy hábil, y la idea de siquiera acercarse a su nivel se le antojaba imposible.
Sus manos se cerraron en puños, temblorosas. ¿Qué puedo hacer? No soy tan fuerte como ellos. Un torrente de inseguridades la inundó, amenazando con ahogar cualquier atisbo de confianza que le quedara. ¿Por qué estoy aquí?, se preguntó. Sakura miró a sus compañeras de equipo, que estaban perdidas en sus propios mundos. Parecían preparados, incluso entusiasmados. Pero ella...
"Cinco días", murmuró para sí misma, deprimida. Tenía cinco días para decidir si podía reunir el valor necesario para enfrentarse a los Exámenes Chunin, o si sólo se estaba engañando a sí misma.
Los días hasta el examen
Durante los últimos cinco días, el Equipo 7 había estado trabajando duro en su entrenamiento, preparándose para los Exámenes Chunin. Kakashi les había permitido saltarse sus misiones habituales de rango D, para que pudieran centrarse en desarrollar sus habilidades. Naruto, en particular, había mostrado un crecimiento impresionante, especialmente en sus habilidades básicas. Había hecho grandes progresos en su taijutsu, sus movimientos eran más nítidos y controlados, aunque todavía no llegaba al nivel de Sasuke. Su resistencia y aguante ya eran impresionantes, pero ahora, su sincronización y precisión habían alcanzado un nuevo nivel. Incluso sus sellos de mano, antes torpes y lentos, se habían vuelto más rápidos y suaves gracias a la práctica constante.
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Naruto - los clones de sombra son el camino a seguir
AcakTras el enfrentamiento con Zabuza y Haku en el País de las Olas, Naruto descubre fortuitamente las capacidades latentes de sus Clones de Sombra, concretamente su capacidad para transferir recuerdos. Aprovechando la oportunidad de acelerar significat...