Capítulo 2

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Escuchar sobre el pasado de mi madre me permitió ver un poco sobre su vida la noche que se fue del pueblo.

Estaba desayunando como en mi mente escuche unas voces:

-Te toca hacer el trabajo con Sara, no quiero escuchar quejas.

-Por favor, déjeme hacer el trabajo con alguien más, con quien sea, menos Sara.

-Mi decisión ya está tomada, de ti depende si quieres tener una buena calificación.

Bien eso fue raro, no le di importancia y me preparé para ir a estudiar, de camino traté de no pensar en mi madre y en mi sueño, pero no podía evitarlo.

Llegue a la escuela, las clases fueron igual de aburridas como siempre, solo ver temas aburridos, hacer trabajos que sabía que haría a última hora, como siempre.

En clase de matemáticas la maestra dejo un trabajo en parejas, sentí que pronto pasaría algo que ya conocía y sí, me toco hacer el trabajo con Sara, mientras reclamaba me di cuanta que esto ya lo había escuchado, me pareció raro, eso lo había escuchado en la mañana mientras desayunaba.

Una imagen vino a mi cabeza, mi padre entrando a casa más temprano de lo normal, por primera vez me veía con ojos llenos de cariño.

Me quedé quieta en mi lugar, lo que vi era tan claro, como el sueño de mi madre.

De regreso a casa pasé a la casa de Sara.

-Otra vez tú.

-Sí, déjame pasar, tengo que hablar con tu madre.

-Pasa

- ¿Qué quieres? Ayer te hable de la vida de tu madre.

- ¿Alguna vez mi madre le dijo algo que al final nunca pasó?

-Me dijo que pronto me quedaría sin dinero, sin mi fortuna, que pronto estaría en la calle. Pero todo pasó al revés, tuve una gran fortuna y mira mi casa. Tu madre siempre se equivocó con lo que decía, por eso todos decían que estaba loca.

- ¿Eran amigas?

-Por un tiempo lo fuimos, pero luego todo cambio.

-No entiendo, no entiendo como se pudo ir, como pudo dejar todo lo que tenía.

-Las personas son complicadas de comprender, más personas como tu madre.

-Gracias por contarme todo.

-No vuelvas a venir.

Salí sin responder a su comentario, llegué a casa.

Me encontraba haciendo mis tareas, la puerta principal se abrió y entró mi padre, era muy temprano, él siempre regresaba a casa en la noche. Ninguno se movió, solo nos vimos fijamente, pero había algo diferente en él, sus ojos ya no estaban llenos de odio y dolor, ahora reflejaban compasión, ternura, amor. Esto ya lo había visto, era como vivirlo dos veces en un mismo día.

Se sentó a mi lado.

-Se que debe ser complicado que tu madre te abandone y tu padre te culpe por eso.

-Supongo.

-Intentaré cambiar, mereces una mejor vida.

- ¿Vas a cambiar?

-Sí, intentaré estar más tiempo contigo.

- ¿Por qué de la nada cambiaste de opinión?

-Porque eres mi hija.

Esa noche no dormí, no entendía que estaba pasando, mi mente regresaba al momento en que mi padre decía cambiar. Lo que me atormentaba era saber que eso lo pude ver antes, lo supe antes de que pasara.

Me levanté a leer el diario que era de mi madre, leí nuevamente lo que escribió, seguía sin comprender lo que significaban todas esas "visiones" decía algo y pasaban cosas que no tenían relación con lo escrito. Decidí empezar a escribir lo que yo veía y lo que pasaba, no sabía porque las cosas que mi madre escribía no salían como se esperaba y lo que yo veía sí. Busqué uno de los tantos cuadernos que guardaba, elegí el que tenía más páginas en blanco, escribí lo que había sucedido en la tarde.

Al día siguiente fui a la escuela como un día normal, en el transcurso del día tuve otra visión y esa también se cumplió, no dije nada al respecto, no tenía con quien compartir eso, solo me dediqué a escribir eso en mi cuaderno, lo cual era arriesgado, no podía permitir que nadie viera lo que escribía, no sabía como reaccionarían los del pueblo si se llegaban a enterar de mi don.

Cada vez eran más y más las visiones, aprendí que las cosas debían seguir su forma, era mejor no entrometerme, si lo intentaba no haría las cosas mejor, al contrario, podría empeorar la situación, trate de no cambiar las visiones, pero cuando alguien se encontraba en peligro no podía evitar decirles a las personas, claro lo decía de manera que no sospecharan nada.

Pero había algo de lo que, si temía, cada noche soñaba con lo mismo. Era mi pueblo, pero no era como antes, estaba desolado, el silencio se apoderaba del lugar, las casas estaban vacías, algunas estaban destruidas, se escuchaban pasos de tras de mí, cuando me di la vuelta me encontré con un grupo de personas que me veían con odio grabado en los ojos, murmuraban algo, pero no comprendía que decían.

Tenía un mal presentimiento de esto y sabía que no era un sueño como los otros, sabía que este era parte de visión.

Quería decírselo a alguien, que me ayudaran a comprender lo que pasaba en mi sueño, que me ayudara a evitar ese futuro tan atroz que predecía de mi pueblo, quería gritarles a todos que se venían una destrucción, pero no tenía a quien contárselo, no me creerían, no me ayudarían y lo peor, que si lo contaba todo podía empeorar, aun así, sabía que necesitaba ayuda, no podía decírselo a mi padre porque no teníamos una buena relación, a pesar de su intento por cambiar. No tenía amigos con quien pudiera hablar, tenía dos opciones, no sabía cual era la mejor.

Tomé una decisión, busque mi cuaderno y camine por todo el pueblo hasta llegar a la alcaldía, solo había una persona que me podía ayudar, sabía que su compromiso por el bienestar del pueblo era muy grande. Solo esperaba que todo saliera bien. 

Verde VenenoWhere stories live. Discover now