Capítulo 4

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Habíamos pasado horas en casa, mi padre y yo no hablamos, comimos en silencio. Las personas del pueblo se retiraron después de mucho tiempo de estar gritando y tratando de hacer que saliéramos. No sabía porque el alcalde haría algo así, pero ahora mi padre y yo estábamos en peligro.

- Papá, yo siento mucho que esto este pasando. Se que no tenemos una buena comunicación, pero quería que supieras que yo también puedo ver cosas, como el futuro, como lo era mi madre.

- Si, creo que me pude dar cuenta de eso, el pueblo no esta muy feliz con esto.

- Perdón si te molesta, desearía que no fuera así.

- Pero lo son, mira no te preocupes, encontraremos una solución para que nos dejen en paz.

Subimos a tratar de dormir, no quería dormir, estaba muy preocupada, me levanté, sentí la necesidad de caminar por el pasillo de mi casa, hasta llegar a una habitación, en la habitación en la que se encontraban las cosas de mi madre. Algo en mi decía que debía buscar algo en esta habitación, había ropa, libros, todas las cosas que alguna vez le pertenecieron a mi madre.

Abrí algunas cajas, vi fotografías de ella, de su familia, de ella con mi padre. Revise algunos de los libros que estaban llenos de polvo, eran libros de historia, algunos de fantasía, ninguno me daba datos sobre la vida de mi madre. Buscando entre los libros me di cuenta de que un papel había caído. Lo levanté y por alguna razón, sentí que había encontrado lo que tanto buscaba.

Leí el papel, era una visión.

Esta visión es diferente. Nunca había visto algo similar a lo que vi esta noche, era una chica, una chica de ojos marrones profundos, su cabello largo, lacio, sus ojos reflejaban miedo y arrepentimiento. Las personas a su alrededor le gritaban, le trataban mal y por lo que decían buscaban hacerle daño a esta chica. Algo en mí sintió que esta chica no merecía lo que le estaba pasando, sentía que debía protegerla. Un hombre se acerco a la chica y sus ojos reflejaban furia. "Destruyan a esta bruja" de pronto la gente se tiro sobre la chica y solo podía escuchar sus gritos de dolor y desesperación.

Su descripción no era tan detallada, pero sabía que estaba hablando de una época que ella no vivió, me daba miedo pesar que podía tratar de mí. Regrese a mi habitación con la hoja en mano, algunas cosas las debía procesar. Con el tiempo me quede dormida.

Me despertó un olor muy fuerte a quemado, se escuchaban gritos. Cuando abrí los ojos vi las llamas extendiéndose, mi habitación estaba en llamas, rápidamente me levanté y fui a buscar a mi padre, quien ya estaba levantado, el pasillo estaba en llamas, toda mi casa estaba en llamas, no había manera de poder bajar. La desesperación se apoderó de mí, intente abrir ventanas, pero incluso la madera al lado de estas estaba en llamas, mi padre encontró un espacio por el cual podíamos bajar las escaleras, pero nuevamente en la planta baja no se veía nada, solo llamas.

Comencé a sentir seca mi garganta, algo me quemaba por dentro.

Sabía que no debía cerrar mis ojos, necesitaba estar consiente para encontrar una salida, pero no pude.

Al abrir mis ojos estaba en el suelo, las personas del pueblo estaban a mi alrededor, no entendía, si querían verme sufrir y verme lastimada, no comprendía porque me habían sacado, porque estaba viva. Esa es la manera en la que haces sufrir a los demás.

Me levantaron del suelo, me arrastraron hasta una pared, estaba desorientada, escuche sonidos metálicos, sentí como mis manos se quedaban atrapadas en algo de metal, estaba encadenada, frente a todo el pueblo, quienes me miraban con odio, como si diera asco. A mi padre lo estaban revisando unos enfermeros, él estaba bien.

- Querido pueblo, esta joven chica les ha arruinado la vida, por su culpa han sufrido, se han lastimado, han perdido muchas cosas.

- Por su culpa el pueblo ha sufrido, ella debe ser exiliada de este pueblo, merecemos una vida plena y teniéndola a ella cerca nunca lo lograremos.

- Yo no les he hecho nada malo, esto es parte de sus destinos, de sus vidas, yo nunca les hice daño.

La garganta me ardía, me quemaba, pero debía defenderme de alguna manera.

Nuevamente iniciaron los gritos, pero ya no los escuche, estaba demasiado cansada como para pelear.

Escuche un sonido metálico, pronto mi brazo izquierdo calló y topo con mi cuerpo, luego el brazo derecho, mi cuerpo se fue para adelante, pero alguien me detuvo de caer. Abrí mis ojos y aunque era de noche y no se veían todo con claridad, pude ver a Sara y a su madre, me habían ayudado, me habían desencadenado, me dieron un poco de agua y comida.

- ¿Y mi padre?

- Se encuentra bien, pero se lo llevaron a otro lugar, dijeron que él tampoco merecía vivir contigo siendo un peligro, él intento oponerse, pero se lo llevaron a la fuerza.

- ¿por qué me ayudaron?

- Porque nadie merece tener un destino lleno de sufrimiento.

Me ayudaron a levantarme, fui con ellas a su casa, estaba tan cansada que nuevamente me quedé dormida. Desperté temprano, no se escuchaba nada de gritos, era un silencio que disfruté tanto.

En una de las sillas de la habitación había ropa, toda de color verde oscuro. Me vestí, la ropa curía casi todo mi cuerpo, incluso un poco mi cara. Había una nota al lado de la ropa.

Por la mañana no hay muchas personas levantadas, aprovecha el

tiempo para escapar y vete lejos.

- Sara.

Me levanté, agarré mis cosas y me fui. Camine hasta llegar al bosque, justo empezaba a ver a la gente moverse por el mercado, se desató otro caos.

Un grupo de señoras comenzaron a gritar, ya no estaba encadenada en la pared, gritaban que era una bruja y que había escapado. Con el tiempo todos se levantaron, todos buscaban como locos, entraban a casas y movían las cosas de modo que se escuchaban cosas romperse, cosas cayendo de manera ruidosa. Me aseguré de estar lejos del pueblo y luego de ver toda la destrucción, inicié a caminar.

A lo lejos podía ver nubes negras de humo, como si algo se estuviese quemando de manera extrema. Seguí caminando, pensé en mi madre, en como nuevamente lo que escribió no se cumplió, pensé en mi padre, en un nuevo lugar, con una mejor vida. Pensé en lo que me esperaba.

Verde VenenoWhere stories live. Discover now