Capítulo 5

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Habían pasado unos años desde que dejé el pueblo en el que crecí, seguí teniendo visiones, pero esta vez fui más cuidadosa, estuve constantemente cambiando de vivienda, solía vivir un par de semanas en un pueblo y luego cambiaba.

La intriga me seguía, quería ver nuevamente mi pueblo, quería regresar, tal vez no era la mejor idea, pero algo me decía que necesitaba regresar. Así que eso hice tome mis cosas y comencé a caminar, sabía perfectamente donde quedaba, pase noches en el bosque, tenía todo lo que necesitaba.

Pasaron unas semanas hasta que llegué a mi pueblo, a ese lugar donde crecí.

La tierra estaba seca, las casas estaban destruidas, todo estaba en silencio completo, se veía que nadie habitaba aquí desde hace años, los puestos del mercado estaban vacíos, quemados.

Seguí caminando por el pueblo hasta llegar a la que una vez fue mi casa, estaba completamente quemada, tenía algunas cosas escritas palabras como "bruja" "arpía" Algunos carteles colgaban de la madera quemada y podrida. Todos ofrecían recompensas por encontrarme.

Escuche pasos detrás de mí, me entro el miedo, voltee con cuidado, me encontré con Paul, el que algún día fue alcalde de este pueblo, el responsable de esta destrucción.

- ¿Qué haces aquí?

- Vine a ver como estaba todo, pero veo el pueblo no prosperó

- Si, así fue, todo por tu culpa, por lo que hiciste.

- ¿Ahora me crees? Hace años te dije que el pueblo corría peligro, que se venía una gran destrucción, tu causaste todo esto, pudimos evitar este final tan trágico.

- Cuando te escapaste, todos se volvieron locos buscándote, destruyeron casas, instalaciones, muchos pagaban por encontrarte. Algunas familias comenzaron a irse, tomaron sus cosas y buscaron nuevos pueblos a donde ir, pueblos que les permitiera tener la vida que creían merecer. Poco a poco todos se fueron. Decían que con irse lograrían encontrarte. Yo me quede, esperando a que llegaras, porque sabía que lo harías. Ahora que estas aquí, puedo recuperar a toda mi gente, podremos vengarnos de lo que causaste, tendremos la justicia que siempre buscamos.

- Ellos no volverán, nadie lo hará, ya tomaron su camino. Ya superaron lo ocurrido. Tú deberías hacer lo mismo.

- Recuperaré lo que tú me quitaste.

- ¿Cómo lo harás? ¿Cuál es tu plan?

- Ya te lo confesé, ahora que estas aquí, lograremos tener paz, justicia.

- Paul, deberías buscar un nuevo hogar, deberías seguir con tu vida.

Sin decir nada más, me di la vuelta y nuevamente me adentré en el bosque, caminé por días, dormía en alguno de los pueblos que estaba en mi camino. Seguía buscando a mi padre, quería saber cómo estaba, quería verle.

Por fin lo encontré, lo vi con un grupo de señores que se veían de su edad, todos reían y parecían disfrutar del momento, me dio mucha satisfacción saber que mi padre era feliz, eso era todo lo que necesitaba para seguir con mi camino.

Sabía que así era como iba a ser mi vida para el resto de la vida, yendo de lugar en lugar, sin un lugar fijo donde estar, sin un hogar, sin una familia, sin amigos. Miré al cielo, pedí algo que difícilmente se podía cumplir. Con quien debía hablar para cambiar mi destino, para cambiar esa profecía.

Al entrar a mi hogar encontré una carta, no decía de quien era, no decía de dónde venía.

Me recuerdas a tu madre, ambas con determinación y fuerza para seguir con lo que les espera.

- Papá.


Verde VenenoWhere stories live. Discover now