[ESTRELLA: muerta maldita]

[por que no me pueden dejar en paz : capitulo: 1 ]

[este es un hiroki que descubrió todo huyo : edad del personaje es de 12   la verdad es que no pense que este tipo de fic seria mi regreso a wattpad bueno no me quejo ] 

[Hiroki: Después de todo lo que me sucedió, le conté a mi abuelo con la esperanza de que él pudiera ayudarme. Él estaba furioso, por decir lo menos, y me ayudó a enfrentar mis traumas. Durante las noches, me despertaba entre lágrimas debido a los recuerdos de esas mujeres.]

Las odiaba, odiaba a cada una de ellas. Mi padre siempre me dijo que no debía dejarme llevar por la ira, pero en estos momentos no puedo evitarlo, no puedo evitar odiarlas.

Viví con mi abuelo durante seis meses. Él quería que regresara a la escuela, pero yo no quería salir de mi habitación. Él lo entendió y me dijo que me daría el tiempo necesario, pero que debía estudiar para ser alguien en la vida.

Acepté el trato. Me enviaba libros de su biblioteca en el sótano, y aunque al principio no quería, con el tiempo me empecé a fascinar con cada historia que leía. Siempre pensé que los libros eran aburridos, pero me parecieron increíbles.

Eventualmente, me mudé al sótano, y mi abuelo siempre me sonreía. Dijo que le alegraba ver que había encontrado algo que me apasionara.

Pensé que estaba bien, que mi vida empezaba a mejorar. Al menos, aunque no iba a la escuela, podía estudiar y aprender más de los libros. Así, cuando regresara, podría destacar con mis notas, ya que mi abuelo era profesor de matemáticas, la materia que más odiaba, pero ahora deseaba aprender.

Pero algo sucedió. Algo que no puedo soportar... Mi abuelo, la única familia que me quedaba, estaba muerto.

Ya no estaba. Por favor, Dios, sé que he sido tu juguete de burlas, pero no te desquites con mi abuelo. Te lo ruego.

En el funeral de mi abuelo, casi nadie asistió. Mi abuelo tenía ya 89 años, así que era natural que la mayoría de sus amigos estuvieran muertos.

No quería que se fuera.

[Hombre: Bien, tú eres Hiroki Mori, ¿verdad? —preguntó el adulto con traje al niño rubio, quien solo asintió—. En el testamento de tu abuelo, se te designa como único heredero de sus bienes: la casa, el auto, sus demás propiedades y su cuenta bancaria. Pero eres menor de edad, y como tu tutor, Haruta-san, ha fallecido, no podrás acceder a las cuentas hasta que cumplas los 18.]

[Hiroki: ¿Puedo preguntar quién será mi tutor? No rechazaré a cualquiera, siempre y cuando no sea de mi familia.]

Hiroki odiaba a su familia y jamás los perdonaría. No quería volver a verlos. Su vida estaba en su abuelo y su padre, y con ambos muertos, ya no le quedaba nadie.

[Hombre: Eso es lo primero que tu abuelo especificó: que nadie de tu familia materna podría ser tu tutor. Por lo tanto, tu tutor será el sobrino menor de parte de tu abuelo. Puedes pasar.]

De la puerta apareció un hombre de complexión delgada y cabello plateado corto, de entre 34 y 36 años. Entró con tranquilidad y se sentó al lado de Hiroki, después de dedicarle una mirada.

[Seijuro Uehara: Un placer verlo, Miyamoto-san. Y tú debes ser Hiroki, ¿verdad? Mi nombre es Seijuro Uehara. Soy el sobrino de tu abuelo y me pidió que, si algo le sucedía, te ayudara.]

El ambiente se volvió más tranquilo después de que Hiroki y Seijuro se presentaran y recibieran toda la información del testamento de su abuelo. Aunque un poco desconfiado, Hiroki aceptó irse con Seijuro.