[No te vayas no me dejes : cap 3 ]

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[ no mames lo termine en una hora joder soy dinamita nena ]

Una semana después de la conversación con Hiroki, Ai comenzó a sospechar que había algo más profundo que él estaba ocultando. La intuición la inquietaba, y cuando por fin lo confrontó, Hiroki no pudo soportar más y confesó todo.

Tras enterarse de la verdad, Ai fue a buscar a Airi, tratando de comprender lo que había pasado.

Airi, con un toque de sarcasmo y un aire de desprecio, le dijo: — El amor es libre, Ai. No te metas donde no debes.

Airi mantenía su fachada, pero una gota de sudor descendía por su mejilla mientras hablaba, revelando su incomodidad.

— Hiroki vino por su cuenta. Él piensa y actúa por sí mismo. No es tonto; después de todo, no por nada es el mejor de su clase —agregó Airi, tratando de defenderse.

Ai, con mirada penetrante y una intensidad en su voz, respondió: — Hiroki me dijo que "es la mentira que debo decir". Es apenas un niño, aún no sabe distinguir plenamente entre el bien y el mal. Pero hay algo que es cierto... ¿Estás usándolo para que él asuma una responsabilidad que no le corresponde? ¿No es el deber de los adultos enseñar y mostrar empatía hacia los más jóvenes, protegerlos en su inocencia? Si no somos nosotros quienes los protejan, ¿quién lo hará?

La mirada de Ai se volvió aún más intensa, haciendo que Airi solo pudiera tocarse el hombro mientras sentía cómo la presión de Ai aumentaba con cada palabra.

— No eres más que una pederasta que abusó de un niño indefenso —sentenció Ai.

Airi bajó la mirada, sombría y visiblemente afectada por las palabras de Ai. Sabía que había verdad en ellas, pero se rehusaba a aceptarlo.

— ¿Por qué? ¿Por qué debería sentirme culpable? —gritó Airi, con desesperación en su voz, mientras se sujetaba los hombros con fuerza—. Toda mi vida he pasado por lo mismo. ¿Sabes? Me dijeron que esto era lo correcto, que era el camino a seguir en este mundo de entretenimiento. Les creí, y llegué hasta aquí. ¿Por qué debo ser la única que sufre esta explotación? ¿Por qué solo yo tengo que ser el producto en este juego de poder?

Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

— Hiroki... él ha tenido una vida cien veces mejor que la mía en este tipo de entorno —dijo, casi intentando justificarse.

Ai respondió con dureza: — Pero él ni siquiera era un actor ni estaba en este mundo hasta que usted lo involucró.

En la industria del entretenimiento, existe siempre un lado oscuro. Los actores aprenden a sonreír falsamente, a mentir con maestría a los ojos del público. Es un mundo donde la imagen lo es todo, donde un solo error puede arruinarte la vida, y donde algunos, habiendo pasado por esto, repiten las mismas frases: "Es normal, es parte del trabajo".

En este ambiente, las mujeres suelen ser vistas como productos, sin poder decir "no" o rechazar ciertas acciones, sabiendo que hacerlo podría significar el fin de su carrera. Mantener las apariencias es esencial.

En la oficina de Airi, Hiroki estaba sentado frente a ella, y ella lo miraba con una sonrisa fingida. Hiroki sacó unos documentos de su mochila y se los mostró.

— Me han otorgado una beca en una preparatoria en Shibuya —anunció Hiroki con calma.

— Veo... has conseguido lo que querías, ¿verdad? —dijo Airi, con una mezcla de desdén y resentimiento.

— Le pido que respetemos esto y que me deje ir —dijo Hiroki, serio.

La expresión de Airi se volvió nerviosa y desesperada. Sacó su móvil y mostró unas fotos de ambos en situaciones comprometedoras.

[ESTRELLA: muerta maldita]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora