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❝𝓔𝓵 𝓬𝓲𝓬𝓵𝓸 𝓭𝓮𝓵 𝓪𝓶𝓸𝓻 𝓽𝓸𝔁𝓲𝓬𝓸❞
En un pequeño pueblo, donde las montañas se abrazaban con el cielo y los ríos susurraban secretos, vivía Jayden, un joven carismático pero oscuro, y Olivia, una chica dulce y soñadora. Desde el primer encuentro en la cafetería del pueblo, hubo una chispa innegable entre ellos. Olivia, con su risa contagiosa, iluminaba el ambiente; mientras que Jayden, con su mirada intensa, atraía a todos a su alrededor. Sin embargo, tras esa fachada encantadora, se escondía un carácter posesivo y controlador.
Al principio, su relación parecía sacada de un cuento de hadas. Jayden era detallista, la sorprendía con flores y pequeños regalos que hacían que Olivia se sintiera especial. Sin embargo, a medida que pasaban los días, ese romanticismo se tornó en un amor tóxico. Las primeras señales fueron sutiles: Jayden comenzaba a cuestionar a Olivia sobre sus amistades, exigiéndole que pasara más tiempo con él y alejándose de aquellos que, según él, no le convenían.
"Solo quiero protegerte", le decía, mientras ella se debatía entre el amor que sentía por él y la incomodidad que le provocaban sus palabras. Olivia era una chica dulce, pero también tenía una fuerte voluntad. Sin embargo, el poder de Jayden era innegable; cada vez que él levantaba la voz, su corazón se encogía y su razón se desvanecía.
A medida que los meses se convertían en años, la relación se volvió más complicada. Jayden no solo le prohibía salir con amigos, sino que también comenzaba a criticar su apariencia, su forma de vestir y hasta sus sueños. "No necesitas eso, Olivia. Eres perfecta tal como eres", le decía, pero sus palabras eran un velo que ocultaba su deseo de controlarla. Olivia, aunque dolida, se convencía de que él solo quería lo mejor para ella. La manipulación era tan sutil que ella creía que estaba siendo cuidada, no limitada.
Un día, después de una discusión particularmente intensa, Olivia se encontró llorando en su habitación. Miró su reflejo en el espejo y se preguntó cómo había llegado a este punto. "¿Quién soy?", se preguntó, mientras las lágrimas caían por su rostro. Sin embargo, en lugar de alejarse, su amor por Jayden la llevó a disculparse, a intentar ser la persona que él quería que fuera.
La relación alcanzó su clímax cuando Jayden le propuso matrimonio. Olivia, llena de amor y esperanza, aceptó sin dudarlo. En su mente, el matrimonio sería el comienzo de un nuevo capítulo, uno donde Jayden cambiaría y se convertiría en el hombre que siempre había soñado. La boda fue sencilla pero hermosa, y aunque algunos amigos expresaron sus preocupaciones, Olivia estaba convencida de que todo mejoraría.
Sin embargo, la luna de miel fue breve. Jayden continuó con su comportamiento posesivo, y las discusiones se volvieron más frecuentes. Las cosas tomaron un giro drástico cuando Jayden fue arrestado por un altercado en un bar. Olivia, desconsolada, sintió que su mundo se desmoronaba. En lugar de dejarlo, decidió que lo apoyaría, que su amor era más fuerte que cualquier obstáculo. Con el corazón lleno de esperanza, reunió el dinero para pagar la fianza y lo sacó de prisión.
