𝓣𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸:"Bajo el Brillo de las Estrellas: Un Renacer en la Cancha"
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Era una noche brillante en Charlotte, Carolina del Norte, y el ambiente en el Spectrum Center era eléctrico. Las luces del estadio parpadeaban, reflejando la emoción de los aficionados que esperaban ansiosos el partido de baloncesto entre los Charlotte Hornets y los Miami Heat. En las gradas, Michelle se sentó junto a su hermano, Rodrigo Goes, un reconocido futbolista que había sido invitado a presenciar el partido como una estrella especial. Aunque estaba emocionada de ver a su hermano, un nudo de nervios la envolvía al pensar en Lamelo Ball, su exnovio y actual jugador estrella de los Hornets.
La relación entre Michelle y Lamelo había sido intensa. Habían estado juntos durante casi dos años, llenos de momentos felices y recuerdos imborrables. Sin embargo, la presión de la fama y las expectativas de sus carreras los habían llevado a una separación dolorosa. Desde entonces, Michelle había intentado seguir adelante, pero cada vez que veía a Lamelo jugar, sentía una punzada en su corazón. Esta noche no sería diferente.
El partido comenzó y el ruido de los aficionados llenó el aire. Michelle animaba a su hermano mientras él sonreía y saludaba a la multitud. A medida que el juego avanzaba, sus ojos se deslizaban involuntariamente hacia la cancha, donde Lamelo hacía jugadas espectaculares, driblando a los oponentes con una gracia que solo él poseía.
En un momento culminante del partido, la emoción alcanzó su punto máximo. Lamelo, con el balón en la mano, se lanzó hacia la canasta. En un arranque de adrenalina, lanzó la pelota hacia el lado donde estaba Michelle. El corazón de ella se detuvo cuando vio el balón volar hacia ella. Sin pensarlo, Lamelo se lanzó en su dirección, cubriéndola con su cuerpo justo antes de que la pelota la golpeara. El contacto fue instantáneo y electrizante. Michelle sintió el calor de su cuerpo, la cercanía que había anhelado desde su separación.
Lamelo se levantó rápidamente, sonriendo, mientras el público rugía. "¿Estás bien?", preguntó, su voz llena de preocupación genuina. Michelle asintió, incapaz de articular palabras. El momento había despertado viejos sentimientos que había intentado enterrar.
A medida que el partido continuaba, la tensión en la cancha aumentaba. Lamelo estaba en su mejor forma, pero Michelle no podía concentrarse en el juego. Sus pensamientos giraban en torno a él, a lo que habían perdido y a lo que aún podría existir entre ellos. Al final del partido, los Hornets salieron victoriosos, y Lamelo, en un gesto inesperado, se acercó a Michelle y le entregó su camiseta. "Para ti", dijo con una sonrisa que hizo que su corazón se acelerara. "Para que siempre recuerdes este momento".
La emoción y la confusión se mezclaron en el corazón de Michelle mientras sostenía la camiseta. Aquel gesto la hizo sentir que, a pesar de su separación, había algo que todavía los unía. Esa noche, mientras regresaban a casa, no pudo evitar pensar en lo que significaba ese encuentro.
