Ezria; Need You Around.

La última oportunidad.

La verborrea de mensajes en mi cabeza parecía no detenerse aquel día, tenía miles de pensamientos en mi mente y parecía que no existiera freno alguno.

— Reconozco que eres una de las mejores publicistas de esta agencia, Aria... Pero sabes que en el mundo de la imagen las cosas funcionan de esta forma — me miró y pudo ver a través de mis cristalinos ojos, que estaba tocando mi punto más íntimo.

— Lo siento, Sr. Thoms... Juro que no volverá a suceder— Llevé mi vista a sus ojos, y sentí su lamentación. — Ud. Es padre, sabe lo que significa tener aquello que más ama en peligro, sin poder hacer nada por él.

— Está bien, Aria, pero esta sí que será tu última oportunidad — No pude evitar sonreír al escuchar esas palabras. — Necesito que vayas al Art Company. Holding, a una entrevista con el director creativo y que lo convenzas de que nosotros seamos los encargados de su próxima campaña publicitaria... — Puso su cara más seria y me dijo — Aria, ésta es tu última oportunidad. Si no logras esto, tendrás que decirle adiós a nuestra agencia.

— Así será Sr. Thoms, así será...

* * *

— Todo estará bien, mi amor –Miré esos maravillosos ojos azules como el mar y me sentí mucho mejor – Te quedarás unas horitas con tu abuelita, porque mamá tiene algunas cosas que hacer, pero a mi vuelta tú y yo veremos una película a tu elección y comeremos mucho helado de chocolate – Dije mientras sonreía y le daba un golpecito con mi dedo índice en su pequeña nariz.

Está bien... Pero no demores... — Susurró con su voz de bebé—

Me levanté y besé la pequeña frente de mi hijo Daniel, luego caminé a la cocina.

— Trataré de llegar lo más temprano posible, mamá... Espero que no sea un problema para ti quedarte unas horas con Daniel, sabes que si no fuera de suma urgencia n... —interrumpe.

— Tienes dos horas a partir de — mira su reloj y me miró irónicamente— AHORA.

— Está bien, adiós.

Salí del departamento de mi madre con mucha prisa, tenía una entrevista de trabajo en media hora, pero por suerte el lugar era a unas pocas cuadras.

Mi madre jamás me perdono lo de mi embarazo temprano. Nunca tuvimos una buena relación, siempre me ha culpado de sus desgracias, principalmente por el abandono de mi padre al saber la existencia de mi persona dentro de su útero. Creo que tuve más de 20 niñeras alrededor de toda mi vida, porque siempre hubo cosas más importantes que yo en su camino. Estoy acostumbrada a no importarles a las personas, creo... Sólo existió una persona a la que creí importarle.

Todo parecía ser frío en aquel día, estaba muy oscuro, como si alguien hubiese apagado la luz del cielo, llovía torrencialmente y como soy algo despistada, no llevaba paraguas.

Me acerqué a la calle y justo, se acercaba un taxi por lo que le hice señales para que parara, pero me ignoró y al pasar por mi lado hizo que saltara toda el agua que se había apozado.

Qué bien había comenzado mi día.

Comencé a caminar más rápido ya que nadie querría llevarme así, toda mojada y se acercaba la hora de mi entrevista.

Mientras más miraba mi reloj, más se acercaba la hora. Hasta que sin darme cuenta me encontré bajo el gran edificio en el que se encontraba el Holding.