Cinco en punto.

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Mi reloj marcaba las cinco en punto. Estaba parada afuera del lugar en que nos encontraríamos, y mi nerviosismo ante lo que venía era inevitable. No podía creer que después de veintitrés años por fin conocería a mi padre. Todos esos porqué que habían vivido en mí durante años por fin serían respondidos.

Entré y me acerqué al encargado del lugar.

— Buenas tardes, ¿Byron Montgomery?

— Buenas tardes, está ahí, en la segunda mesa a la derecha.

— Muchas gracias — Respondí con una tímida sonrisa.

Esos minutos en que me acercaba a su asiento fueron los más largos de mi vida y los pasos más cortos. De pronto lo vi, lo reconocí por que nunca olvidaría esa foto de él que mi mamá guardaba en el cajón de su velador cuando yo era una niña, no podía irme a dormir sin verla una más cada noche.

— Hola — Dije tímida.

— ¡Aria — Dijo con una amplia sonrisa — Se paró y trató de abrazarme, pero yo simplemente me quedé parada sin gesto alguno.

Su cara se entristeció al sentir mi rechazo.

— Siéntate, por favor — Dijo — ¿Cómo estás?

— Bien... La verdad es que me gustaría que fuéramos al grano. 

— ¿A qué te refieres?

— ¿Por qué decidiste que era tiempo de vernos después de tanto tiempo?

— Sé que debes tener muchas preguntas, y lo entiendo. Por eso es que decidí buscarte, por que aunque no lo creas, jamás he dejado de pensar en ti y quiero aclararte todas las cosas.

— ¿Entonces? Te escucho —Dije cortante.

—  Imagino que tu madre te debe haber dicho muchas cosas de mí... Pero hoy quiero que sepas la verdad — Dijo mirándome fijamente — Yo amaba mucho a tu madre, no he logrado amar a nadie como a ella. La idea de que tu vinieras al mundo era lo más maravilloso que podría haberme pasado y no dejaba de pensar en lo hermoso que sería ser padre. Pero un día todo cambió... — Hizo una pausa y pude ver como sus ojos se cristalizaban — Tu madre comenzó a mostrarse más distante, no dejaba que me acercara a ella y me evitaba cuanto podía... Un día al llegar a su casa... Descubrí que me engañaba. 

No podía creer lo que estaba diciendo, estaba atónita.

— Te juro que traté de perdonarla, la amaba tanto que creí que podría hacerlo... Un día me pidió que nos reuniéramos, y ese día le diría que dejáramos todo atrás. Pero ella me dijo algo, que arruinó mi vida para siempre... 

Lágrimas caían por mis ojos y no podía hacerlas parar.

— ¿Qué te dijo?

— Me dijo que... — Hizo una pausa y me miró fijamente — Me dijo que tú eras hija de su amante. 

***

Ezra's Pov.

Daniel, el hijo de Aria. No podía sacarme esa frase de la cabeza, y en todo lo que había sucedido el día anterior. Estaba desconcertado... Además de mi conversación con Joe, mi mundo estaba de cabeza. Aún no me iba a mi departamento, mi madre y James me habían invitado a quedarme a almorzar con el resto de la familia, pero ya estaba aburrido de tanta superficialidad, por lo que vine al estudio a leer un rato. El sonido del teléfono me sacó de mis pensamientos.

Tomé el teléfono pero al parecer ya habían contestado en otro lugar de la casa, pero la voz tan familiar me hizo escuchar la conversación.

— Te he dicho mil veces que no llames al teléfono de mi casa — Escuché decir a mi madre.

— Es urgente, y no contestabas el celular... — Dijo la otra voz.

— ¿Qué pasa?

— Ezra está sospechando...

— ¡¿Qué?! — Dijo molesta e hizo una pausa — Nos veamos mañana en mi oficina, adiós.

Yo conocía esa voz. Y bastante bien. Esa voz era la de Joe.

Me dirigí rápidamente a la habitación de mi madre y entré sin pedir permiso.

— Ezra, ¿qué modales son esos? Acaso no sabes que al entrar a una habitación ajena se... 

Interrumpí.

— ¿Qué significó esa conversación que tuviste con Joe?

— ¿Qué conversación? — Dijo haciéndose la desentendida. 

— Madre, dímelo, acabo de escuchar tu conversación con Joseph. 

— ¡¿Por qué estás escuchando conversaciones en los teléfonos?!

— ¡¡¡Dime, qué significó esa conversación!!! — Dije exaltado.

Yo jamás le gritaba a las personas, era un hombre bastante tranquilo, pero estaba molesto.

— ¿De verdad quieres saber? — Dijo mirándome desafiante.

— Dímelo todo. 

— Bueno, Ezra... Yo soy tu madre y te amo. Y jamás quise que las cosas fueran así, pero ya eres un hombre y creo que eres lo suficiente maduro para comprender esto. — Se acercó al citófono en su pieza y le pidió a una de las empleadas dos whisky en las rocas. — Tu padre y yo nos conocimos desde que éramos muy jóvenes. Yo siempre lo admiré, por su perseverancia y por su valentía ante todo. Siempre fue un hombre honorable, y así un sin fin de razones que me hacían amarlo — Se acercó a uno de sus muebles, sacó un cigarrillo y lo prendió — De un día para otro, tu padre cambió, ya no era el mismo... Llegaba tarde del trabajo, se comportaba de forma misteriosa. Wesley estaba recién nacido, y yo necesitaba de su compañía y su atención. Por lo que decidí contratar un investigador privado.

Sus ojos se llenaron de lágrimas. Nunca imaginé ver así a mi madre. Una mujer que se mostraba impertérrita ante la adversidad. 

— Tu padre tenía una amante... Que además era mucho más joven que él. Llevaban algunos meses juntos según lo que averiguaron. Ella era una mujer de clase baja, se dedicaba al arte... Era una cualquiera.

— Pero, madre... ¿Qué tiene que ver todo esto conmigo? — Pregunté confundido e impresionado por el relato de mi madre.

Mi madre me miró tiernamente, se sentó a mi lado y tomó una de mis manos. 

— Hijo... Esa mujer estaba embarazada de tu padre... 

— ¡¿Qué?! — Pregunté impactado.

— Y el nombre de esa hija es... Aria Montgomery. Aria es tu hermana, Ezra. 

Ezria; Need You Around.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora