𝟸𝟺 𝙵𝙸𝙽𝙰𝙻: 𝚂𝚎𝚛 𝚕𝚒𝚋𝚛𝚎

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Corazon estaba en la cocina, rodeado del suave aroma de una comida que apenas recordaba cómo preparar. Tras años de silencio, encierro y largos días dedicados a su libro, había conseguido encontrar un momento de paz para compartirlo con Law y Lami. La distancia entre ellos había sido inevitable, pero ese día, rodeados de recuerdos y risas nerviosas, todo parecía menos frágil, casi irreal.

Dejó los platos en la mesa, esbozando una sonrisa ligera, mientras Law lo miraba con una expresión que mezclaba ternura y reproche. Corazon se dio cuenta de la mirada de su hijo y sintió un leve nudo en el pecho.

—¿Qué te parece tan gracioso, Law?—preguntó, cruzándose de brazos para disimular su propia emoción.

—Sigues usando ese mandil rosa—respondió Law, con una leve sonrisa—. Y, por supuesto, dejaste mi cocina hecha un desastre

Corazon dejó escapar una risa nostálgica, apagando su cigarrillo en un cenicero ya algo desgastado. La imagen de su hijo, que alguna vez fue solo un niño en sus brazos, ahora convertido en un hombre, lo llenaba de una mezcla de orgullo y tristeza.

—Es parte de mi estilo—respondió con un tono burlón, aunque en su mirada había un dejo de melancolía—. Anda, come y deja de quejarte

Corazon lo envolvió en un abrazo, un gesto impulsivo que traía consigo los años perdidos. Le apretó las mejillas como cuando Law tenía apenas diez años, y Law, aunque visiblemente incómodo, no se resistió.

—Vas a hacer que se enoje, papá—bromeó Lami, observando la escena con una sonrisa comprensiva.

—Oi, Cora-san—Law suspiró, pero acabó rodeando a su padre con los brazos en un abrazo breve y callado.

Se sentaron alrededor de la mesa, en un silencio que no necesitaba palabras. Cada uno lidiaba con sus propios pensamientos, y el eco de un pasado ausente flotaba en el aire. Tras un rato, Corazon, como si una fuerza interior lo empujara a hablar, miró a Law con una leve sonrisa que no alcanzaba a borrar la tristeza de sus ojos.

—Dime, Law... ¿Me vas a contar algo sobre tu relación con Luffy?—preguntó en un tono serio, aunque cargado de esa calidez que solo un padre podría ofrecer—. Me debe explicaciones, y tú también

Law bajó la mirada, intentando procesar el peso de las palabras de Corazon. Durante años había ocultado su vida de todos, acostumbrado a la distancia y al silencio. Pero ahora, frente a su padre, las defensas parecían inútiles.

—Nos conocimos en un bar...—con voz baja, como si deseara que la conversación quedara en ese punto. Debía omitir algunos detalles—. Después, comenzamos a salir... estamos juntos, a nuestro ritmo. Solo... no hagas nada imprudente, ¿Me oyes?

Corazon asintió, comprendiendo. No era necesario que Law dijera más. Aún así, él necesitaba escuchar y entender más, por lo que sus labios esbozaron una sonrisa fugaz.

—Sé que has crecido mucho, Law, y no soy nadie para entrometerme—sonrió—. Pero es bueno que sea él. Luffy es... Especial. Sin embargo, no te sorprendas si le doy una pequeña advertencia

Law dejó escapar un suspiro de resignación, y tras un momento de silencio, lo miró con intensidad.

—Cora...—murmuró, dudando, aunque el tono de su voz mostraba su curiosidad—. ¿Por qué nunca me contaste cómo lo conoces? Parece que todo este tiempo hemos estado conectados, pero él y yo nunca nos habíamos cruzado.

Corazon miró su vaso por un instante, el líquido reflejando un pasado que él había guardado celosamente. Inspiró profundo y, con una voz que apenas ocultaba su tristeza, comenzó a hablar.

ꜱᴇᴅᴜᴄᴛɪᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora