Capítulo I

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Cuando una persona es solitaria, la mayor parte de su tiempo es ocupada por pensamientos, sobre todo en hechos pasados, sin embargo se vuelve aún más solitaria cuando dicha persona no recuerda ningún pasado.

Esta es la clara situación de Alice, una chica de preparatoria que a pesar de la gran belleza interna y externa que poseía siempre era evadida por sus compañeros de clase, además de que no recordaba nada de su pasado, dos años antes se había levantado sin recordar más que su nombre.

Su tormento, aun que ya parecía suficiente, incrementó cuándo por las noches en sus sueños era atemorizada por temibles pesadillas despiadadas y tristes.

Una tarde se paseaba por los pasillos del instituto al que asistía, las clases habían terminado y todos regresaban a sus dormitorios. En medio del pasillo solitario en el que se encontraba, una melodía se esparció en el aire, tan tranquila, tan hermosa; alguien dentro de la sala de música la entonaba en el piano.

Al sentirse raramente familiarizada por la melodía, Alice no pudo evitar acercarse a dicha sala. Dentro la oscuridad no le permitió ver muy bien al intérprete, sin embargo, este se levantó de inmediato al percatarse de la presencia de ella. 

-Por favor no dejes de tocar, no fue mi intención interrumpirte, es solo que...- dijo muy nerviosa- ...la melodía es muy bonita-

-No te disculpes...- dijo entre risas el joven-...solo no esperaba ver a nadie, me alegra que te haya gustado- mencionó al final- se llama "Dolcezza" que significa dulzura-

-Me sorprende lo bien que tocas el piano, sobre todo en una sala tan oscura, ¿puedes ver bien así?-

El chico, dedicándole una sonrisa se aproximó a ella, le acarició la cabeza -Digamos que es más cómodo para mis ojos un lugar así, en fin, hasta la próxima Alice- entonces se marchó.

- ¿Cómo sabes mi nombre?- preguntó en vos alta, pero él ya había desaparecido.

Sin darle más importancia cerró el aula de música y continúo su camino hacia los dormitorios, pero la curiosidad la invadió, ¿Qué hacía un chico mayor en el instituto? ¿Por qué tocaba esa melodía que para variar le era familiar? Pero sobre todo ¿Cómo es que sabía su nombre? Pregunta tras pregunta inundaron su cabeza, no solo estaba curiosa por saber más del apuesto pianista, además estaba feliz, pues por primera vez alguien le había dirigido la palabra de buena manera.

Al llegar a su habitación se desplomó en su cama, miró su rostro a través del espejo, se veía ojerosa y cansada, además de que tenía un gran dolor de cabeza -¿Qué debes hacer Alice?- le dijo a su reflejo -Es viernes, todos han ido a sus casas ¿Deberías de escapar?-

La pregunta es ¿A dónde podría ir una chica sin familia? ¿Qué podía hacer? ¿Solo vagar por las calles un rato y finalmente regresar al instituto? -¿Qué más da?- terminó por decir.

Salió del campus por la parte trasera sin que los prefectos en turno la notaran, antes de darse cuenta ya se había alejado del instituto lo bastante para pasear con total libertad.

Corrió sin rumbo alguno por un rato, hasta que terminó por detenerse en un parque muy alegre lleno de gente y vendedores, niños jugando y corriendo, era perfecto para pasar el rato.

Distraída con los juegos a su alrededor, no se percató de que sigilosamente alguien la estaba siguiendo, observando cada uno de sus movimientos.

Con forme fueron pasando las horas, la gente comenzó a marcharse, los vendedores apagaban sus luces y cerraban sus puestos, así, poco a poco, el parque que tan alegre lucía unas horas antes ahora se tornaba casi oscuro y solitario; sin pensarlo un poco más Alice se decidió a regresar.

Cierta Melodía MelancólicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora