capítulo VI

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   El taxi llego a su destino, la casa de Minho.

Ambos bajaron del vehículo después de que el mayor pagara la tarifa. Aún en silencio, el dueño de esta misma, abrió con sus llaves, las cuales tenían un llavero un tanto peculiar— un pequeño oso color azul cielo, totalmente adorable. Una decoración que no quedaba para nada con la imagen del mismo dueño. Al entrar en la casa, Jisung automáticamente soltó un suspiro, sintiéndose en paz, algo que nunca podía sentir en sí propio hogar. No sabía si era el lugar mismo, el hecho de que tenía el aroma del mayor, el tercio de gatos tiernos que tenía de mascota o que simplemente era mejor que estar en su casa. Lo primero que nota es la mochila simple y de color negro situada en el sofá, el cual se encontraba de frente a la entrada; la mochila no tenía mucho que dar ha a hablar, estaba entreabierta, dejando ver algunos cuadernos y carpetas dentro, y en su exterior, la parte favorita de Han, un pequeño llavero de gato color rosa, peludo y lo suficientemente grande como para no ser pasado desapercibido. Jisung sonrió al verlo. "Deberías ir y tomar un baño, antes de que te enfermes—mencionó Minho, cerrando la puerta detrás de él—Se que no tienes ropa, así que toma algunas de mi habitación. En el baño hay un paquete nuevo de boxers, tómalos." Dijo de manera casual, soltando un leve suspiro al final de su oración, encaminándose hacia la cocina que se hallaba a unos cuantos pasos de la sala, y que era tan grande como para dos personas.

El menor se sonrojó levemente ante la mención de "boxers", era estúpido ponerse así, era inmaduro, era una palabra normal y era algo amable de parte de Minho, pero no podía evitarlo. "Gracias." Fue todo lo que pudo decir en respuesta. Aún sonrojado, camino en el corto pasillo, llegando a la puerta del baño. Al pararse frente la puerta cerrada, noto un perchero en la pared, el cual sostenía un bolso café, el mismo que llevaba a sus tutorías con el. Esta vez, su atención fue captada por otro llavero, un dinosaurio rosa pastel sosteniendo un corazón de peluche. Sonrío. Minho y el compartían llaveros.



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"¡Hyung!" llamo Jisung al mayor, corriendo hacia el con su mochila. Acababa de salir de clases y se había encontrado con el en el camino, noto la mochila simple del contrario. "Hola, Hanji." Sonrió. "¿Vas camino a casa?" Cuestionó el chico de mejillas tiernas. "No, iré a verme con unos amigos en una cafetería para que estudiemos juntos. La semana que viene es de exámenes y estoy en un estrés total. ¿Tu a dónde vas?" Comentó el más alto, "Directo a casa... Mis padres no me dejan salir." Aunque el menor habló con una sonrisa, Minho sintió el ánimo del menor decaer; pensó un momento. "¿Te parece ir a comer? Yo invito." Han no sabía por qué lo estaba invitando, ¿No estaba el ocupado? "¿No estabas ocupado, Hyung?" Preguntó Jisung, ambos seguían caminando, "Nah, no quiero estudiar—soltó el más alto—¿Qué son esas cositas que tienes ahí?" dijo, apuntando a la mochila blanca con florecitas amarillas, la cual le pertenecía al menor. "¿Esto?—tomó sus llaveros— son llaveros." "Se lo que son, Hanji. Me refiero a por qué traes ambos, ¿No se supone que este tipo de llaveros se comparten con alguien más?" "Uh... si, pero no tengo con quien. A Felix no le gustan los llaveros y no tengo a nadie más." Contestó Jisung con una sonrisa incómoda. Sin hablar, Minho tomó uno de los llaveros—que el consideraba tontos— escogiendo un gatito rosa, y enganchándolo en su mochila simple que ahora no parecía tan aburrida. "A mi me gustan." Fue todo lo que dijo, sin mirarlo ni mencionar nada más, dejando a un Jisung sonriente el resto del camino.


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  Desde ese día, el menor le ha regalado unos cuantos llaveros tontos que se encontraba y le parecía locamente tierno que el contrario aún conservara y utilizara estos. Su corazón se sentía cálido al pensamiento.

Había pasado una media hora, Jisung estaba terminando de cambiarse en el baño, se sentía relajado después de esa ducha caliente, y traer la ropa puesta del mayor— que totalmente tenía el aroma de su perfume— quizás eso ayudaba con su ánimo. Salió felizmente hacia la sala, encontrándose con una Minho sentado en el sofá, leyendo. Su aura era calmada, pero emitía cierta tensión, sus cejas fruncidas y su mirada quemando las páginas de aquel libro. "Acabo de meter mi ropa a lavar, gracias." Mutó Han, sentándose a un lado suyo. "¿Quién era?" Cuestionó el contrario, su mirada aún fija en el libro, su tono se sentía frío aún estando en un lugar tan cálido, "¿El chico del restaurante? Se llama Jake. —comenzó a explicar Jisung— Me encontró llorando en el Parque." Ahora que había mencionado a Jake, no podía evitar pensar en si aquel chico se encontraba bien, después de todo, lo dejó solo en el restaurante sin explicación, solo podía esperar que Jake no se encontrara molesto con el.. pues aparte de haberle caído de maravilla, aquel pelo negro seguía con su teléfono, que estaba cargando en su apartamento mientras ellos iban a comer, lo que se supondría que sería una comida pacífica—"¿Y qué hacías con el?" La voz molesta del mayor interrumpió el tren de pensamientos ansiosos que inundaban su mente con cada segundo que pasaba. "El.. me invitó a comer. Fue muy amable conmigo, no supe cómo decirle que no..." ¿Por qué se sentía culpable?

Minho se levantó abruptamente de donde estaba situado, poniendo nervioso al menor. "¿A dónde vas?" El dueño de la casa no contestó, dándole la espalda y encaminándose hacia su propio cuarto, "¡Hyung, espera— Puedo explicarlo!" Intento detenerlo ajam, logrando que el mayor se detuviera a medio camino, hablando sin dignarse a darle una mirada, "No te molestes, Han. No hay que explicar. No somos nada." Las palabras cayeron sobre el estudiante vino un balde de agua helada, quebrando su burbuja y dejándolo caer fuertemente ante la cruel realidad.

Se ilusionó.
Se ilusionó solo.

  Tomo las palabras de Minho en el restaurante muy literal, claramente no se sentía así por Jisung, ¿En qué mundo lo haría? Lee Minho, el universitario apuesto, inteligente, divertido, talentoso y obviamente heterosexual.. ¿Interesado en un cualquiera como el? Por primera vez en vida, Jisung se sentía insuficiente. El mayor siguió su camino desapareciendo de la vista de él ahora triste chico. Estaba solo en casa ajena. Su mirada se mantuvo fija en el piso, intentando ignorar el sentimiento de tristeza que se ahogaba en su garganta; soonie, uno de los gatitos del mayor, apareció frente a él, restregando su pequeño cuerpo contra su pierna, en señal de afecto. Al menos no era odiado por todos en esa casa. Con un suspiro profundo y melancólico, decidió ocuparse de sus sentimientos mañana, estaba demasiado exhausto como para llorar ahora. Se encaminó hacia el cuarto que normalmente Minho utilizaba para los huéspedes, y sin más preocupación, se acostó, quedando plenamente dormido al instante.



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Gracias a mi pequeño elfo ayudante que me presiona para escribir, si no, actualizaría hasta dentro de un año....

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⏰ Última actualización: Nov 11 ⏰

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𝐯𝐢𝐨𝐥𝐢𝐧𝐢𝐬𝐭𝐚 [ᴍɪɴꜱᴜɴɢ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora