Despierto sobresaltada. Durante un segundo soy presa del pánico, pero entonces me doy cuenta de que está pasando lo de siempre. Miro el reloj. Las cuatro y veinte de la madrugada. Tranquila, no ha pasado nada. No estamos en ningún coche. Nadie está llorando, ni nadie se está ahogando. Sólo estamos en la cama, en silencio, con el sonido de los grillos acunando el aire del verano. Noto como mi cuerpo se va relajando poco a poco, y como mis latidos se normalizan, al igual que mi respiración. Somnolienta, me muevo en la cama y noto los pies fríos de John. Sonrío e instintivamente acerco los mios a los suyos para calentarlos. Los entrelazo con los de él, y así me quedo. John y sus pies. Siempre están fríos. Entonces, salgo lo suficiente de mi ensoñación para hacerme de nuevo consciente de la realidad, la realidad que me acompaña desde hace tiempo, la que en momentos como estos, en los que estoy tocando las puertas de Morfeo, se me olvida para mi desgracia o para mi suerte. Abro los ojos lentamente, casi con miedo, me incorporo con cuidado en la cama y me apoyo en el cabecero. La tenue luz de la luna que entra por la ventana se refleja en la silla de ruedas que se encuentra enfrente de nuestra cama. Durante un rato observo la silla en silencio. La luz baila sobre ella creando en su estructura unas grotescas sombras que llegan incluso a asustarme. Me doy cuenta de que parece una especie de monstruo, como los que me asustaban cuando era una niña. Un monstruo que quiere atormentarme, acabar con mi felicidad y puede que hasta con mi vida. Quizás sea así. Vuelvo a tumbarme en la cama de lado, mirando a John, y lo abrazo por la cintura. Cierro los ojos, y rezo para que la noche pase lo más rápido posible.
Sé que no siente mi abrazo. Pero a mí me gusta pensar que sí.
ESTÁS LEYENDO
En el corazón de la poesía ©
Poesía© Copyright - Todos los derechos reservados Poemas, pequeños textos, relatos cortos o diálogos. Cada escrito estará acompañado de la imágen que me inspiró para escribirlo (podrás verla en "Multimedia") Os recomiendo que no dejéis de ver las imágene...