Capítulo 12: Perdidos en el bosque

124 14 3
                                    

La villa Shimotsuki era un lugar agradable y tranquilo, su pueblo era famoso por su madera y también por sus dojos de pelea. Su villa fue fundada por los habitantes de Wano originarios de una isla del Nuevo Mundo.

—podemos ir a explorar el sitio —dijo Luffy, suplicando a Shanks—, este lugar es increíble.

—Está bien, vayan —dijo Shanks, accediendo a la súplica de Luffy—, vayan con cuidado.

Luffy estaba junto con Ace. Shanks les ordenó regresar a las 6 de la tarde. —(Nada puede salir mal) —pensó Shanks—. Espero que no esté equivocado.

La villa Shimotsuki se extendía ante ellos, con sus casas de madera tradicionales y sus calles empedradas. Luffy y Ace se adelantaron para explorar el sitio, Shanks los siguió vigilando desde una prudente distancia.

Shanks sabía que la villa era pacífica, pero no debía subestimarla. Mientras caminaban, notaron la presencia de varios dojos en el sitio, cada uno con su propio estilo de lucha. Luffy y Ace se miraban entusiasmados por conocer el sitio.

Shanks se distrajo platicando con el carpintero, quien comenzó a hablar del precio que le costarían las reparaciones de las puertas de los camarotes y parte de la cubierta. En eso, se dio cuenta de que Ace y Luffy ya no estaban.

—¿A dónde se habrán ido? —dijo asustado, al no ver a los dos niños—. ¡No puedo descuidarlos ni un segundo! Estos niños me van a dar un ataque. ¿En dónde podré buscarlos?

La villa, en el día, era hermosa y pacífica, sin embargo, al caer la noche, el sitio cambia y se llena de peligros desconocidos.

El sol comenzaba a declinar, y las sombras se alargaban en las calles. La tranquilidad del día daba paso a la incertidumbre de la noche.

Los habitantes se prepararon para la cena, y los dojos cerraron sus puertas para que los maestros y estudiantes descansaran. El silencio nocturno envolvía la villa, y solo se escuchaban los sonidos lejanos de la noche.

Shanks sabía que debía encontrar a Luffy y Ace antes de que la noche los engullera. Comenzó a buscarlos con urgencia, su corazón latiendo con preocupación.

La oscuridad crecía, y las calles se vaciaban. Shanks recorrió la villa, llamando en voz baja a Luffy y Ace, esperando que respondieran.

La búsqueda se volvía cada vez más desesperada, y Shanks comenzaba a temer lo peor. ¿Dónde podrían estar los dos niños? ¿Estaban seguros?

—¿No deberíamos decirle a Shanks de esto? —preguntó Luffy, dudoso—. Por cierto, ¿en dónde está?

—Al parecer, está ocupado —respondió Ace—, aparte no nos vamos a tardar.

Llegaron al bosque y se dieron cuenta de un enorme oso muy grande que pasaba muy cerca de ellos.

—Mira —dijo Ace—, hemos encontrado la cena. Debemos cazarla de una buena vez.

—¡Sí! —respondió Luffy—, feliz ante la perspectiva de la gran cantidad de carne de oso asada que comería cuando lo llevara con los demás.

Ace se armó con su tubería, mientras que Luffy usaría los poderes de la fruta para realizar un ataque hacia aquel animal.

En otro lugar, no muy lejos de ahí, un niño de 9 años, con pelo verde, el cual estaba armado con dos palos de bambú en sus manos y una katana real a su lado, los observaba desde una distancia de la escena.

—¿Quiénes son? —pensó—. Y al parecer, no saben con qué se enfrentan...

Luffy saltó hacia donde estaba el oso y atacó, pero falló por varios metros. El oso se sorprendió y comenzó a correr hacia él.

Criado Por PiratasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora