The Heart's Contract [ʀɪᴠᴀʀɪ] G!P

capitulo 9: The dilemma of loyalty

Pov's Abril

Me desperté lentamente, sintiendo una calidez que no recordaba haber sentido en mucho tiempo. Mi cuerpo estaba relajado, y mi mente estaba en paz. Abrí los ojos y vi a Samantha dormida a mi lado, su rostro sereno y hermoso.
Aunque había sido secuestrada por Samantha, y me había enterado de que ella es una asesina.. supe que no me iba a hacer nada, ella por fuera se veía mala, pero en el fondo no es así, y me lo a demostrado.

Ella es linda a su manera.

El aroma a bosque nocturno llenaba la habitación, y me sentí atraída hacia ella. Me levanté de la cama y me acerqué a Samantha, que seguía durmiendo. Su aroma era intoxicante, y me sentí débil ante su presencia.

- Samantha,- susurré, acariciando su cabello.

Samantha abrió los ojos y me miró, sonriendo.

- Hola,- dijo, su voz suave y sensual.

- Hola,- respondí, sonriendo también.

Samantha se sentó en la cama y me acercó hacia ella. Me besó suavemente en los labios, y yo sentí un escalofrío recorrer mi espalda.

- ¿Cómo te sientes?- preguntó.

- Bien,- respondí. -Me siento... completa.

Samantha sonrió y me abrazó.

- Me alegra,- dijo. -Me alegra haber podido hacer que te sintieras así.

Me sentí segura en sus brazos, y supe que no quería dejarla ir. La quería para mí, y sabía que ella sentía lo mismo.

- Samantha,- dije, mirándola a los ojos.

- ¿Sí?- respondió.

- No quiero que esto termine- dije, mi voz apenas un susurro.

Samantha sonrió y me besó de nuevo.

- No va a terminar,- dijo. -Estamos apenas comenzando.

Me sentí feliz y segura.
Realmente ya no me importaba mucho si Samantha era una asesina.
Me gustaba y la quería para mi, que solo tuviera esos lindos ojos para mi.
Que solo me tocará a mi.

- ¿Qué hora es?- pregunté, mirando alrededor de la habitación en busca de un reloj.

- No importa,- dijo Samantha, sonriendo. -Tenemos todo el día para nosotras.

Me reí y me acerqué a ella, besándola suavemente en los labios.

- Me encanta la forma en que piensas,- dije.

Samantha se rió y me abrazó.

- Y yo me encanto de la forma en que eres,- dijo.

Nos quedamos en silencio por un momento, disfrutando de la calidez del otro.

- ¿Tienes hambre? - preguntó Samantha de repente.

- Sí,- respondí. -Mucha.

Samantha se levantó de la cama y me extendió la mano.

- Vamos a preparar algo,- dijo.

La seguí hasta la cocina, donde Samantha comenzó a preparar un desayuno delicioso. Me sente en la barra y la observé, admirando su habilidad en la cocina.

- Eres una mujer de muchas habilidades,- dije, sonriendo.

Samantha se rió y me lanzó una mirada pícara.