Capítulo 5

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- Malditos hijos de...

- ¡Noel! - Mi madre le reprochó. - Cuida tu vocabulario.

- Pero pero ¡ME ATARON A UNA JODIDA SILLA! - Chillo Noel.

- ¡Callate que quiero dormir! - Gritó tía Sarah tomando un almohadon tirandoselo fuertemente a Noel haciendo que cayera hacia atrás.

- ¡Mier... - Mi madre le dio una mirada. - ... coles!

- Hoy es sábado, cariño. - Bromee.

Me miró mal.

- Ja ja, que graciosa eres Kurt. - Puso los ojos en blanco. - Ahora has algo útil una vez en tu vida y ayudame.

- Déjame pensarlo... No. - Y dicho éso me dí vuelta para ir hacía la cocina.

- ¡Muerete! - Gritó.

- ¡QUE TE CALLES! - Escuché volver gritar a tía Sarah.

Con una sonrisa en mis labios tome la cafetera para servirme un poco del café hecho en mi taza de Olaf, el muñeco de nieve en Frozen.

¡Oigan! Tengo permitido ser infantil.

- Hola. - Una voz ronca llamó mi atención.

Al darme vuelta me encontré con Billie con su pillama de Superman puesto.

- ¿De quién fue la idea de atar a Noel a una silla? - Pregunté divertida sentandome en la mesada.

- Oh, fue de Colin. - Me dio una sonrisa para luego tomar una taza y servirse café en ella.

- ¿Dónde carajo consiguió cadenas? - Tomé un sorbo de el líquido marrón.

- No quieres saber. - Me miró de reojo.

- Tienes que estar jodiendo. - Dije para luego empezar a reír fuertemente.

Billie empezó reír conmigo.

- ¿Que sucede aquí? - Mi madre entró a la cocina con una sonrisa que desapareció al ver la taza de Billie. - ¿Eso no será lo que yo creo, no? Sabes lo que pienso de que tomes café. - Dijo ella lentemente.

Billie la miró nerviosa para dejar la taza sobre la mesada y luego salir corriendo fuera de la cocina. Mi madre negó con la cabeza divertida para luego acercarse a donde estaba y tomar el cafe que Billie habia dejado.

- ¿Ya pudieron desatar a Noel? - Balancee mis piernas.

- Nope, las cadenas tiene candado y los niños no nos quieren decir quién tiene las llaves. - Una sonrisa se formó en sus labios.

- Así que... - La mire fijamente cambiando de tema. - ¿Thomas?

- No empieces, Kurt. - Puso los ojos en blanco sentandose en una banqueta.

- Dan, se que ocultas algo. - Una sonrisa se formó en mis labios.

- ¡No lo hago!

Eh aquí lo que delataba a mi madre cuando mentía. Cada vez que lo hacia su voz sonaba aguda, tanto que aturdiria a cualquiera.

- Oh, no le mientas a tu propia hija, Dan. - Tía Sarah entró a la cocina con su maquillaje corrido y su cabello rubio despeinado.

- ¡No le estoy mintiendo!

Juro que si sigue así me sangraran los oídos.

- Como tu digas. - Sarah puso los ojos en blanco para luego hacer un puchero mirándome extendiendo los brazos. - Dale a tu Tía Sar amor.

Bufe para tenderle mi café.

- Eres mi sobrina favorita. - Me guiño un ojo para luego dirigirse al gran ventanal de la cocina por donde se podía admirar una hermosa vista de New York para abrir la ventana. - Ya que tu no quieres decírselo se lo diré yo.

- ¡Sarah! - Exclamó mi madre. - Es mí hija.

Tía Sarah dejo de intentar de prender su cigarrillo para mirar a Dan. Se lo saco de la boca para hablar.

- ¿Y? - Se encogió de hombros. - Las dos sabemos que tu hija y su amiga no tienen nada de inocentes, te aseguro que muchos hombres ya habrán entrado en su cueva. - Sentí como mi cara se sonrojaba. - Ademas, como tu dijiste es tu hija, tiene derecho a saberlo. - Volvió a poner el cigarrillo entre sus labios para luego prenderlo y dar una calada.

- Juro que un día te mataré. - Sentenció Danielle tapandose la cara.

- Sabes que no lo harás, me amas. - Tía Sarah sonrió sentándose en la cornisa del ventanal. - Ahora, volviendo al tema anterior. - Le dio una calada a su cigarrillo. - Ya sabes toda la historia de lo sucedido con Kurt y Billie. Lo que no sabes es que hace unos días Thomas le escribió a tu madre un mensaje pidiéndole una cita.

- ¡¿Qué?! - Chille.

- ¿Quieres que le dijo la estúpida de tu madre? - Asenti. - Lo rechazo.

- ¡¿Estas loca?! - Miré a Dan.

- No... - Respondió ella dudosa.

- ¿Por qué no aceptaste? - Pregunte tranquila.

- Pensé que a ti y a Billie no les agradaría que este saliendo con otra persona. - Susurró.

- Sabes que eso no es cierto, Dans. - Dijo tía Sarah.

- ¡Que no miento!

Y aqui vamos otra vez con esa voz chillona.

- Mamá. - Llamé su atención. - Sabes que tía Sarah tiene razón. - Solte un suspiro. - Si, es una mierda que tu y papá se hayan separado pero así es la vida. Tanto Billie como Dave y yo no podemos hacer que vuelvan a amarse. - Vi como sus ojos se cristalizaban. - Te amaremos, sin importar que. Eres una madre estupenda, por mas que mucha gente diga lo contrario. Queremos que seas feliz. - Susurre lo último.

Mi madre se levantó de la silla para acercarse a mi darme un abrazo.

- Te amo. - Murmuró en mi oído.

- Yo tambien, sin importar que. - Oculte mi cabeza en su cuello.

Nos separaramos y miraramos a tía Sarah.

- ¿Estas llorando Sarah? - Pregunté con una sonrisa viendo como se frotaba el ojo.

- ¿Qué? - Río fuertemente. - No, cariño. Es que se me metió humo en el ojo.

Con mamá nos miramos para luego reír. Minutos despues sonó el timbre.

Bajé de la mesada y me dirgi a la puerta ignorando los gritos de ayuda que me hacía Noel. Tomé la manija de la puerta y al ver quién estaba detras de ella la cerré de un portazo.

- ¿Por qué carajo golpeaste la puerta? - Mamá seguida por Sarah vinieron hacía mí.

- Yo... sexy... yo... - Dije nerviosa y sonrojada.

Dios, que verguenza. Estaba toda despeinada y con una camiseta de Guns N' Roses que apenas ocultaba mi trasero y la persona detras de la puerta me había visto.

- ¿Qué dijo? - Dan le preguntó a Sarah.

- Ni tengo la mas jodida idea. - Sarah abrió la puerta para luego abrir los ojos como platos y cerrar la puerta fuertemente.

- ¿QUE CARAJOS SARAH? - Exclamó mamá.

- Chico... trasero... yo... - Dijo atropelladamente tía Sarah.

Mamá bufo acercándose a la puerta.

- ¿Quien puede ser para que las deje en ese...? - Abrió la puerta y la cerro de golpe.

- Mami ¿quién era? - Preguntó Billie.

- Anoche... hermano.... sexy... - Tartamudeo mamá.

- ¡ ¿QUIEN ES?! - Gritaron los niños y Noel exasperados.

- ¡Es Ashton! - Exclame para luego salir corriendo hacia las escaleras seguida por mi madre y Sarah.

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¡Nuevo capítulo!

Recuerden votar y comentar. La primera en comentar le dedico el siguien cap.

Bye.

Kurt Donde viven las historias. Descúbrelo ahora