Katsuki y Shoto terminaron hace tres años; Shoto abrió una fundación para niños en américa, y Katsuki abrió un onlyfans.
Cada uno lidia con la ruptura como se le da la gana... ¿No?.
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—No voy a llevarte al trabajo.
—No estaba esperando que lo hicieras.—Dice el omega viéndolo desde el mesón en la cocina. Katsuki está tendiendo alguna ropa y Shoto se está tomando un café mirando por el ventanal totalmente tranquilo.—Hay un clima muy bonito hoy...
—¿Vas a tomar el turno nocturno?.—Le corta la conversación casual.
—No lo sé aún.—Responde simple mirando a Siza que se pasea por la cocina.—Acabo de llegar, creo que me tomaré unos días... hola Siza...
Dice, agarrando a la gata para ponerla en sus piernas y darle un poquito de jamón.
Ahora bien, Katsuki no le ha dicho el nombre de su gata, pero lo tiene escrito en el collar, así que no es que el cenizo sea predecible.
—No voy a mantenerte.
—No espero que lo hagas.—Dice, sin quitarle la vista depredadora de encima.—¿Quieres cobrar renta?, puedo pagarte los tres meses, pero significa que me quedaré por más tiempo.
Dice. Katsuki lo mira curioso.
—¿Qué quieres que haga?.
—Déjame quedar es suficiente.—Dice, acercándole un plato con un subway de pollo y un café latte de vainilla.
Lo qué...
—Ya no tomó estos cafés.—Dice mirándolo infantilmente. Shoto debío levantarse muy temprano para comprar eso.
—Oh, ¿cuáles tomas ahora?.—Dice inmediatamente interesado, apoyándose en sus manos. Katsuki sigue tomando Lattes, pero no quiere darle el gusto de saberlo.
—Lo tomaré, pero no me gustan.—Dice viendo al omega que sonríe un poquito. Pantalón de pijama corto, chaleco gigante.
Al menos eso no ha cambiado mucho.
—¿Qué haces en Japón?, ¿te aburriste de gringolandia?.
—Extrañaba mi casa.
—Viniste a "mi" casa. —Corrige apropósito, agarrando su mochila. Shoto observa la taza un segundo antes de asentir.
—Tienes razón.
—Mi horario está aquí, hoy es miércoles, así que es día de grabación; probablemente traiga a alguien después del turno, o no; según como esté mi humor. Como sea mantente callado mientras grabo.
Shoto lo mira unos segundos, el cenizo espera un ápice de molestia, pero no hay nada, solo una sonrisa relajada.
—Okey... ten un buen día.—Dice con una sonrisa desapareciendo en la habitación de huéspedes, Siza siguiéndole el paso.
—Ni un puchero.—Susurra, saliendo lentamente del penthouse.
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