Se buen ex, y un buen amigo.

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—Vamos, vamos.

—¡Cualquier cosita me avisai amigo!—gritó la Jose.

Chifuyu se llevó casi arrastrando a la Jose.

El Takemichi con el Mikey se volvieron a ver. Ambos se miraron a los ojos y las lágrimas comenzaron a salir por parte de Mikey quien al volver a ver al chico quedó en shock. Su cuerpo comenzó a temblar y su corazón latía con gran fuerza ante la presencia de quien antes era su mejor amigo.

—¿Qué chucha haces aquí?—preguntó Mikey.

—Bueno, yo... quería volver a hablar con... todos.

—¿Después de todo lo que hiciste weon? ¿¡q-que chucha te pasa!? ¿ma encima recurri al Fuyu?—gritó.

—Pensé que sería el que más me entendería y ... ayudaría. Perdón.

—¿Perdón? ¿de qué chucha me sirve tu perdón, Takemichi?—le dió un empujón—No me sirve tu perdón después de que hayas sido una mierda conmigo, ¿¡cómo q-quieres que te perdone!?

—Perdón, perdón. Perdoname Mikey—tomó sus manos.

—Ahora te veni a disculpar po... aweonao—se alejó.—No pienso... arreglar las cosas  contigo.

Mikey se dió la vuelta. Tenía planeado irse de aquel lugar y llamar a la Jose hasta que Takemichi habló a sus espaldas.

—Me gustai, Mikey.

—¿Eh?

El mundo de Mikey cayó. Sintió un gran peso caer encima suyo, ¿cómo era posible que le dijera eso en ese momento? ¿cuál era el sentido? ¿era real o solo estaba jugando con el? Mikey ya no sentía nada por el contrario, pero aquellas palabras lo hicieron recordar lo mucho que había amado a Takemichi.

—Me gustai, caleta... se que fui un tonto en un pasao y que te hice mal, hice cosas que no debía, Y Hina...

Takemichi no logró terminar sus palabras. La mano de Mikey fue golpeaba con fuerza contra su mejilla.

—Callate, no seai ridículo. No te humilles, ¿cuál es el sentido de ahora decirme que te gusto? yo ya viví mi vida y pude soltarte, estoy feli ahora... ¿y se te ocurre aparecer? andate a la chucha—le chispeó los dedos—No solo me cagaste a mi, si no que te cagaste a mi amiga y eso no se perdona maricon. No soy tan weon como pa caer en ti de nueo.

—Ya pero discúlpame po, Mikey... te ruego, no seai rencoroso.

—No estoy pa weones. Anda a llorarle a otro que te aguante.

Mikey dejó el lugar. La Jose fue detrás de el, para luego gritarle de lejos.

—¡Chupalo maricon!

Se llevó un golpecito de Mikey, quien soltaba pequeñas lágrimas pero más que lágrimas de pena, eran lágrimas de enfado.

Chifuyu se acercó a el.

—¿Qué te dije?—elevó sus brazos—Nada que hacerle... dudo que la Hina quiera verte Takemichi, así que es mejorcito irte noma y seguir desaparecido.

—Pero es que no quiero...

—Si realmente amaste a la Hina alguna vez, y quisiste al Mikey alguna vez, no te vuelvas a aparecer en sus vidas. Se un buen ex, y un buen amigo—palmeó su hombro—Chau.

—Fuyu...

Chifuyu ignoró al chico para así devolverse a su casa.

...

—Es que no lo entiendo, Jose... ¿cuál es el sentido de venir y cagarme la vida ahora? ¡todo estaba yendo tan bien!—cubrió su rostro, soltando un pequeño grito ahogado.

—¡Amigo!—tomó sus mejillas con fuerza—Yo te dije, ese weon penca no merece tus lágrimas. Si vai a llorar, que sea con el Sanzu y no sean de pena... es un mal amigo, un maricon hijo de la perra y vo eri fuerte. Estai feliz ahora con el Sanzu, tus amigos, y ese weon se va a quedar solo por saco wea, no vale la pena llorar por weones sin amor propio—apretó sus mejillas—Vo eri fuerte amigo, así que ignoremos que viste a ese culiao y que fue un sueño. Ahora vamo a ir, nos vamo a fumar un pito y vamo a estar tranquilos.

—¿Desde cuándo fumai?—frotó sus ojos.

—Desde hoy.

—Weno—:3.

—Enseñame sipo amigo, plis.

—Obviio poo—dió saltitos—Ya estoy feliz.

—Viste, si yo te dije. Puro weon ese feo, era mucho pa vo.

—Teni razón amiga—Puchereó—Te amo amiga. Real no sabría que hacer sin ti... mi única real.

—Tu también amigo—palmeó su espalda.

Por otro lado, Chifuyu se fue a su casa. De camino compró un kilo de pan y unos huevitos.

—Holi, llegu- ... Oh, ¿qué hacen ahí?—Ladeó su cabeza.

El Kazu junto a el Baji estaban en el sillón mirando fijamente la puerta.

—¡Cuéntanos! ¿qué pasó?

—Si, si. Cuenta el caguin.

—Dios...—dejó el pancito en la mesa.

Se sentó en medio de ambos chicos para así comenzar a contarles toda la historia.

—Sapo maricon conchetumare... me cae tan mal ese amariconao—dijo el Kazu—Voy altiro a sacarle la chucha weon.

—Sh—silenció Chifuyu.

—Entero maricon... eso no se hace y si tanto le gusta al weon, debió de haberse quedao en su casita y no volver ma.

—Si. Eso le dije... ojalá me haya hecho caso—jugó con sus dedos—¡Bueno! ¿tomamos tecito?

—Dale—dijeron ambos.

Así los tres chicos, se levantaron del sillón y comenzaron a preparar la mesa para así tomar once. Un poco temprano, pero nunca es mala hora para preparar la once y tomar tecito.

Continuará...

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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