Barty dejó caer su mochila en el suelo una vez que entró en su casa, parecía vacía. "¿Mamá?" Llamó mientras subía por las escaleras. Su padre estaba trabajando y su madre se quedaba en casa por lo general, recordó que no se había estado sintiendo bien cuando el se fue a Hogwarts, pero no había sabido nada mas de ella ni su padre. La primera semana recibió una simple carta de su padre, diciéndole que se comportase y honrara su apellido. Nada más, ni saludos, ni regalos de Navidad, nada por su cumpleaños. Barty sabía que su madre habría escrito o enviado algo si no fuera por su padre, Barty estaba harto de él y no podía importarle menos lo que le pasara a su padre.
Él había querido quedarse en Hogwarts, pero no pudo y fue enviado de vuelta a su hogar, más como su casa, no tenía ganas de llamarlo hogar nunca más. "¿Mamá?" Llamó de nuevo cuando oyó a alguien toser, el sonido provenía de la habitación de sus padres. "Por aquí, cariño." Su madre finalmente respondió, aunque su voz sonaba débil. Barty corrió a la habitación desde donde ella había llamado.
Su madre se hallaba recostada en la cama, se veía más pálida que de costumbre. Él maldijo en voz baja mientras al verla así, su madre sonrió suavemente, pero su sonrisa pronto se desvaneció al ver su reacción. "Lo siento, Barty." Ella comenzó, él estaba pronto a su lado. "No quería arruinar tu año en Hogwarts." Ella continuó débilmente mientras Barty sostuvo su mano y corrió un pulgar suavemente sobre su palma. "Está bien, mamá." Él susurró en voz baja, sacando una silla para sentarse a su lado. "Está bien." Repitió, aunque en el fondo sabía que nada estaba bien.
Ella pronto se quedó dormida mientras Barty le hablaba de su primer año en Hogwarts. Tuvo cuidado de mantener siempre una sonrisa, hasta que ella ya no lo vio, fue entonces cuando se rompió, no era capaz de contenerse por más tiempo. Sintió las lágrimas inundando sus ojos y trató de parpadear para hacerlas desaparecer sin éxito. Oyó que la puerta de la habitación se abrió y los pasos silenciosos de su elfina doméstica, Winky. Ella tomó la mano de Barty y trató de sacarlo de la habitación cuando su padre llegó del trabajo, sin embargo, él no le hizo caso y se quedó al lado de su madre. Como la elfina insistió, sacó su varita y apuntó hacia Winky, que de inmediato se retiró y huyó de la habitación. No le importaba, rastreador o no, si utilizaba magia fuera de Hogwarts, ¿ A quien tendrían que notificar? ¿Su padre? ¿Umbridge? ¿Fudge? Nadie se atrevería a meterse con su padre, quien protegia su reputación como un lobo protegería su comida y no dejaría que Barty la arruinara.
Su padre entró en la casa y oyó el grito de la elfina, mirando hacia el suelo descubrió la mochila de Barty cerca de la entrada. Se apresuró a subir a su habitación donde estaba su esposa, cuando entró en la habitación se encontró con la elfina en el suelo, rogando no ser herida y a Barty con la frente en alto junto a su mujer, apuntando su varita hacia la elfina. Él miró la cara de Barty, se llena de rabia, pero con una sonrisa torcida, su lengua saliendo como la de una serpiente. Su padre observaba con horror ante la expresión de su hijo, no era como solía ser antes, no es que se fijara mucho.
Barty notó que su padre lo observaba y miró hacia arriba, levantando la mirada de la elfina y buscando sus ojos. "Hola padre." Dijo, su lengua salio de nuevo y la posición de su varita cambio para apuntarle a su padre. Su padre frunció el ceño y sacó su propia varita, apuntando a Barty también. "Baja eso antes de que lastimes a alguien." Su padre le espetó, pero Barty negó con la cabeza lentamente.
"¿Por qué no dejaste que me dijera?" Preguntó Barty, más como un siseo. Su padre no respondió y Barty preguntó de nuevo, sólo que esta vez no habló tan bajo. "¿Por qué no dejaste que me dijera?!" Él gruñó furiosamente, apretando su agarre en su varita. Su padre se movió un poco ante la brusca pregunta de Barty, y habiéndose cansado decidió acabar con ella. "Expelliarmus!"
Con eso, la varita de Barty voló por la habitación, dejándolo indefenso y sin ninguna posibilidad de hacer daño a nadie. Barty bufó con molestia, su padre se acercó a él, manteniendo su varita en alto y lo empujó contra la pared. "¿Por qué tendría que haberlo hecho? Todo lo que haces es empeorar las cosas." Su padre le susurró al oído.
Los ojos de Barty agrandaron y su corazón se hundió al escuchar a su padre pronunciando esas palabras. Su padre se movió de nuevo y tiró de su muñeca, echando a Barty de la habitación, así como a la elfina y cerrando la puerta. El muchacho cayó de rodillas, llorando. Winky lo miró lastimosamente. Todo estaba tan mal.
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El camino de un mortífago
FanfictionTodo cambia cuando, a los 12 años, Barty Crouch jr recibe la marca oscura y se convierte en el mortífago más joven nunca antes visto. Él se enfrentara con dificultades para ocultarlo de su padre y continuar sus estudios en Hogwarts.