12 Acuerdos

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Vel probó por primera vez el gusto que tiene la comida, Sofía expectante espera la devolución, pero sabe que ha sido bien recibido. Antes Vel solo se alimentaba por inercia, pero estar mucho tiempo junto a ellas, la debilitaba en todos los sentidos, la hacía más humanas, aunque para que eso terminara de convertirla en humana deberían haber pasado 80 años humanos, y sus humanos estarían muertos, esa era la otra parte del castigo por haberse metido con humanos que aún siendo un ángel caído pagaba para mantenerse alejado de ellos.

—Está muy rica, ahora sé porque te gusta tanto comer.

Vel también conoció la gula y lo que es llenarse en exceso de comida y sentirse pesado por esto mismo. Se sentaron sobre una manta a orillas del mar viendo el atardecer, es el mejor paisaje para definir la decisión que marcará el resto de sus vidas.

—¿Seremos las tres? —se anima a hablar primero Vel sentada en medio con Luci entre sus piernas.

—Si quieres aún seguir con nosotras, sí —responde Sofía colocándole un mechón cabello detrás de la oreja.

—Pero si hacemos esto, si se quedan conmigo, no podrán volver al priorato y de ¿qué vamos a vivir? ¿Qué haremos de ahora en más?

—Pensábamos seguir ayudando a gente de manera independiente, los demonios jamás descansan y siempre habrá trabajo para nosotras.

—¿No quieren asentarse en algún lado? —les pregunta viendo a ambas— Yo... alguna vez soñé con tener un lugar al cual pertenecer, una casa con un jardín, un perro —Luci maúlla— o un gato, no sé cosas de humanos.

—¿Quieres una familia? —indaga Claire a su lado besando su mejilla.

—Sí, creo que sí. Me gustaría llegar a una casa dónde estén ustedes, ir a dormir a su lado y quizás algún día... —sonríe— tener un niño humano o niña humana.

—Cariño, ya eres humana —sonríe Sofía a su lado—, debes incluirte y dejar de decir humanos como si fuera algo ajeno a ti —ella sonríe y asiente—. ¿Quieres hijos con nosotras, una casa, un hogar? —ella asiente— nosotras también queremos eso contigo, por eso volver al priorato ya no es una opción.

—Entonces eso quiere decir que...

—Nos elegimos y vamos a tener una nueva vida desde ahora, una donde estemos las tres juntas.

Mientras ven el sol ponerse ambas apoyadas sobre el hombro de su peli plateada de ojos azules, pactan un futuro con las tres en el.

La madre superiora no se toma muy en gracia la noticia, hicieron lo correcto en ir a decirle personalmente al priorato, aunque Claire sugirió decirle por teléfono, Sofía sabía que no solo era una mala idea sino que era de muy mal gusto hacer algo como eso. Al volver todas las monjas del lugar ven a las chicas y a la atractiva nueva humana caminar entre ellas hacia la oficina de la madre superiora, Claire se gana un par de golpes por hacerse la celebridad soltera.

—Au ¿por qué me pegas?

—Deja de guiñar ojos, Constantine, que nosotras sepamos, soltera no eres —le dice Velvet.

—Que agresiva. Soy popular.

—Jane Austen también y está muerta —le responde Sofía—. Sigue haciéndote la soltera y vas a ver como te va. Entra antes de que te de yo un golpe.

—Adiós mis fans —les tira un beso y las chicas gritan, una mano la mete a la fuerza a la oficina y se escucha un grito.

Al entrar la madre superiora ve a dos mujeres, con el ceño fruncido cruzada de brazos y a Claire parada en un rincón sobándose el trasero y con los labios hinchados, está en penitencia porque ella nunca puede hacer caso.

Padre nuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora