3 Priorato y nuevo caso

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—Entonces así es como se saca el demonio del cuerpo de un imbécil que juega a hacer invocaciones con un demonio grado cinco ¿Preguntas? —muchas levantan la mano— que no tengan que ver con la manera que tengo de contar las cosas, ni porque yo si puedo decir malas palabras —muchas bajan la mano—, ni porque le digo a los demonios mientras los exorcizo que me la pelan —solo una mano queda levantada—, ni que tenga que ver con la hora de la comida —no hay manos levantadas.

—¿Quién dejo que Claire hablara? —pregunta la madre superiora, suspirando y llevándose la mano al rostro en cuánto entra al gimnasio.

—Las chicas le pidieron que contara la historia del demonio que sacó cuándo era una novata, del joven marroquí. Y ella a que mucho no le cuesta contarla, ni hay que pedirle dos veces las cosas en menos de lo que canta un gallo se corrió la voz y una multitud ya estaba metida aquí adentro.

La madre superiora abre la puerta se nuevo y la cierra de un portazo, haciendo que todas giren a verla.

—Que onda madrecita —la mujer dibuja una mala cara—, disculpe madre superiora, he sido tan insolente, por Dios castigueme como suele hacer con el latigo de espinas, madre —se arrodilla frente a ella—, no soy digna de su presencia.

—¡Todas afuera! —y en tropel las chicas salen del aula.

—¡Ay no madre, por favor no sea cruel! Es para reafirmar su autoridad —le susurra— ¡Ya madre, ya aprendí!

—Claire cierra la puta boca —la secretaria la mira—, ya me estás pegando tus malas palabras. Dime ¿Cómo les fue? Me enteré que de un joven fueron tres poseídos por el mismo demonio —ojea el informe—, Kazael —hace memoria—, Nuria creo que lo exorciso de un anciano en Praga, tendrías que hablar con ella ¿Dónde está tu compañera?

—Ella se fue a cambiar, desayunó y se puso a entrenar.

—Me alegra que aún no la hayas descarriado y deberías estar haciendo lo mismo, Claire.

La madre superiora se frota las cienes, tener a Claire cerca le hace doler la cabeza, y a Claire le dan ganas de fumar, pero aquí no se puede, no hacen esa excepción, por eso no le gusta el Priorato. La castaña se suelta el cabello y sigue a la madre que camina por los pasillos, pasa en el área de entrenamiento, y ve a Sofía, le guiña un ojo, pero varías creen que es a ellas y mueren de emoción, su compañera suspira niega con la cabeza y le mete un golpe a su compañero de entrenamiento que estaba distraída.

—¿Estás bien? —le dice Sofía a su compañera—, te distrajiste.

—Claire Constantine, me guiñó un ojo, creo que el mejor día de mi vida.

Sofía suspira y blanquea sus ojos, deja las muñequeras para pelear, y se va a su habitación. Dónde Claire está acostada en su cama jugando con una pelotita que tira y toma.

—¿Qué hacés aquí?

—Soy popular, Sofi —ella blanquea de nuevo los ojos, se sienta en la orilla se su cama— ¿Vas a bañarte?

—Sí.

—La hermana superiora me pidió que fueramos para ver algo, parece que es urgente así que le dije que iríamos en dos horitas, necesitamos descansar.

—Es urgente y le has dicho que en dos horas ¿Qué te dijo?

—Bueno comenzó a hablar en latín y me reí, luego la ví aún más enojada y me hizo reír más fuerte, comenzó hablar en italiano y luego en francés, terminó con «Mon Dieu, ¿pour quel péché suis-je en train de payer?» —Dios mio, que pecado estoy pagando.

—Si ella está pagando pecados, yo en otra vida debo haber exterminado aldeas, y luego reencarné para ser nazi.

—No, no ¿Reencarnación? —se lleva el dorso de la mano a la frente de manera exagerada— ¿Que diría la madre superiora de esto?

Padre nuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora