Encuentros Fortuitos

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La lluvia caía a cántaros sobre las calles de Seúl, las luces de neón reflejándose en los charcos, creando un juego de colores que vibraba en la noche. Taehyung, un guardaespaldas de veinticinco años, aguardaba en la entrada de un elegante hotel donde se celebraba una gala de alto perfil. Aunque su traje negro le confería un aire de seriedad, su mente divagaba, atrapada entre la rutina de su trabajo y la incertidumbre del mundo en el que estaba a punto de sumergirse.

Esta gala, a la que asistían las personalidades más influyentes, también era un campo de juego para las familias mafiosas de la ciudad. Taehyung, con su mirada aguda y su cuerpo en alerta, sabía que detrás de la sonrisa de cada invitado podría esconderse un enemigo.

Mientras observaba a los asistentes llegar, su atención fue capturada por un hombre que deslumbraba entre la multitud. Sung Kim, heredero de una de las familias mafiosas más poderosas, irrumpió en la escena con su porte altivo y su cabello oscuro que caía en suaves ondas. Taehyung sintió un impulso instantáneo de desagrado; había algo en la arrogancia de Sung que le generaba una mezcla de desprecio y atracción.

"¿Eres el guardaespaldas?" preguntó Sung, acercándose con una sonrisa encantadora. "Pareces un poco... serio para la ocasión."

"Solo estoy haciendo mi trabajo", respondió Taehyung, sintiendo que su tono era más brusco de lo habitual. La verdad era que el desdén que sentía hacia Sung era un muro que le resultaba difícil de atravesar.

A medida que la gala avanzaba, Taehyung se mantuvo cerca de Sung, observando cómo este interactuaba con otros invitados. La habilidad de Sung para encantar a la gente lo hacía parecer casi invulnerable, pero Taehyung no podía evitar notar el aire de superficialidad que lo rodeaba. "Es solo un niño rico jugando a ser un mafioso", pensó.

"¿Te divierte estar aquí, o solo estás esperando a que termine?" preguntó Sung, interrumpiendo sus pensamientos.

"Yo no soy quien se divierte aquí. Estoy aquí para protegerte", respondió Taehyung, sintiéndose frustrado por la naturaleza trivial del evento.

"Protegerme de qué, exactamente? ¿De mis admiradores?" Sung rió, pero había un destello de desafío en su mirada.

"De ti mismo, más que nada. Este tipo de vida no es un juego", replicó Taehyung, sintiendo que su desprecio por Sung crecía con cada palabra que intercambiaban.

Cuando la gala llegó a su fin, Taehyung sintió una extraña mezcla de alivio y desazón. Había algo en Sung que lo atraía, pero también lo irritaba. Lo que había comenzado como una simple atracción se había convertido en una batalla interna, pero, logro aguantarlo todo el tiempo con sus preguntas incomodas como: ¿Tienes novia?, ¿Eres Gay? ,¿Cuanto te mide?, ¿Te cosederas pasivo?...

Deseos ProhibidosWhere stories live. Discover now