La contratación

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Las semanas pasaron y, a pesar de su deseo de mantener distancia emocional, Taehyung no podía dejar de pensar en Sung. La llamada inesperada que recibió una mañana lo sorprendió. Era Sung, su voz sonando más seria que nunca.

"Taehyung, necesito hablar contigo. Quiero que te conviertas en mi guardaespaldas permanente", dijo Sung, la tensión palpable en su tono.

"¿Por qué yo?" Taehyung preguntó, sintiendo una mezcla de sorpresa y desdén. "Hay muchos guardaespaldas más capacitados."

"Porque confío en ti. No solo como guardaespaldas, sino como persona. En este mundo, necesito a alguien que entienda lo que realmente significa vivir entre sombras", confesó Sung. "Y, sinceramente, hay algo más. No puedo explicarlo, pero no puedo evitar sentir que nuestra conexión va más allá de un simple trabajo."

"¿Conexión? ¿Realmente crees que hay algo entre nosotros?" Taehyung respondió, intentando no dejar que su incredulidad se notara.

"Sí, lo creo", insistió Sung, su voz mostrando una determinación que era inconfundible. "Tu presencia me da seguridad en este mundo lleno de traiciones y mentiras."

El corazón de Taehyung latió más rápido, pero su orgullo se interpuso en su respuesta. "No estoy aquí para tus juegos emocionales. Si quieres un guardaespaldas, puedo hacerlo, pero no esperes nada más de mí."

Sung suspiró, y Taehyung pudo sentir la decepción en el aire. "Está bien. Pero estoy dispuesto a demostrarte que hay más en esta vida que solo el trabajo."

Con un nudo en el estómago, Taehyung aceptó la oferta. Desde ese día, se convirtió en el protector de Sung, y su vida cambió drásticamente. Pasó de ser un guardaespaldas ocasional a estar al lado de Sung en cada paso que daba, sumergiéndose en un mundo donde la confianza era un lujo.

La vida en la mafia era intensa. Las reuniones, las negociaciones, los peligros inminentes se convirtieron en parte de su rutina diaria. Cada día que pasaba con Sung le hacía sentir que el odio que albergaba hacia él se mezclaba con una extraña atracción. Sung, con su sonrisa deslumbrante y su actitud desafiante, se convirtió en una figura constante en su vida, y eso lo frustraba más que nada.

Una noche, mientras revisaban documentos importantes en el departamento de Sung, este miró a Taehyung con una intensidad que hizo que su corazón se detuviera. "¿Te gustaría vivir en un mundo donde no tuviéramos que preocuparnos por nada? Solo tú y yo, lejos de toda esta locura", preguntó Sung, su voz baja y cargada de significado.

"¿Qué estás insinuando, Sung? Sabes que no es posible. Este mundo no permite que la gente como nosotros viva así", respondió Taehyung, sintiéndose atrapado entre el deseo y la lógica.

"Pero la vida puede ser más que solo supervivencia. ¿No lo ves? A veces, me gustaría que pudiéramos ser algo más que jefe y guardaespaldas", admitió Sung, acercándose un poco más, provocando que el corazón de Taehyung latiera con más fuerza.

"Eso no es realista. Tú eres un mafioso, y yo soy solo un guardaespaldas. No hay lugar para las fantasías en nuestras vidas", dijo Taehyung, sintiéndose herido por la idea de que Sung pudiera pensar que él podría ser una opción.

Sung lo miró, y en su mirada había un destello de desilusión. "Solo quiero que sepas que estoy aquí, y que me importa. No me mires con desprecio porque no puedo evitar lo que siento."

Deseos ProhibidosWhere stories live. Discover now