En el hospital Guille dormía en una de las blancas habitaciones mientras afuera en los pasillos el doctor hablaba con el señor Fernando el padre de Guille y su hermana.
—Su hijo tenía un alto nivel de alcoholemia cuando chocó.
—¿Qué quiere decir eso doctor? ¿Mi hijo iba bebido?
—Así es, tuvo un fuerte golpe en la cabeza qué la bolsa de aire amortiguó, pudo ser peor, de cualquier manera le haremos pruebas para descartar cualquier peligro, también sufrió una fractura en el brazo y presenta una contractura cervical, va a tener que usar collarín.
—Doctor no entiendo nada ¿Mi hijo va a estar bien?
—Tenemos qué hacerle unos exámenes y si todo está bien en unos días será dado de alta.
—¿Puedo pasar a verlo?
—Todavía no, el paciente necesita descansar. Con permiso.
Sophie molesta le dijo a su padre—: ¿Escuchaste lo que dijo el doctor? ¡Guille bebió! ¡Todo esto es culpa de Niki! ¡Si ella no lo hubiera terminado mi hermano no estaría así!
—Hablando de Niki, dame su número. Hay que avisarle.
—¡No papá! —respondió molesta— ¿Para qué? Si a ella él no le importa.
—Hasta hace poco iban a casarse, dame su número por favor.
Erick el esposo de Sophie dijo—: vamos amor no te alteres, le puede hace daño al bebé y dale el número a tu padre.
En Cames
La tormenta aún seguía y pese a que ya era la hora de salida de la mayoría de los empleados, muchos de ellos se encontraba en el comedor, no querían manejar así y otros ni siquiera tenían auto.
Durante todo el día Quetzal no cruzó una sola palabra con Tamara y cada qué ella volteaba a mirarlo él no correspondía.
Las chicas conversaba cuando el celular de Niki sonó.
—¿Si? Diga ¡¿Qué?! ¡No puede ser! ¿En qué hospital?
Las chicas preocupadas enseguida miraron a Niki que ya colgaba.
—¿Qué pasó? —preguntó Tamara.
—Guille tuvo un accidente —dijo aturdida.
—¡¿Qué?! ¿Está bien? —preguntó con desespero Melisa.
—No sé, no sé nada ¡Necesito ir ahora mismo para allá! —Por supuesto estaba desesperada.
—Niki la tormenta no te va a dejar manejar.
—Pues yo veré cómo le hago ¡Pero tengo que ir ya a verlo!
—Vamos contigo —respondió Tamy.
Melisa estaba nerviosa, pálida. Ella había presentido qué algo malo le pasaría a Guille, y mientras se disponían a irse dijo—: chicas yo me quedo.
Las tres chicas se sorprendieron
—¿No irás Meli? —respondió Cata mientras Ezra llegaba a saludarlas.
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Platónico
RomanceCuándo Quetzal llegó a trabajar a Cames no esperaba nada especial hasta que vio a Tamara, la primera vez que la vió pensó que era un ángel, esa misma noche ella le "destrozó" el coche, como castigo Quetzal la puso a trabajar horas extras. Y así al m...