Capítulo ¹⁰

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La chica de cabello negro, Lif, estaba en la casa de su novio, acostada en la cama de él mientras miraba su teléfono

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La chica de cabello negro, Lif, estaba en la casa de su novio, acostada en la cama de él mientras miraba su teléfono.

Estaba muy cómoda y no quería ni siquiera moverse de dónde estaba.

—- Ya ni conmigo duerme así —- dijo Dee, con un poco de celos, pero no sabía de quién sentir celos.

Su novia estaba acostada con su dulce hermanita sobre ella, (N) completamente dormida, soltaba hasta suspiros.

Claro, la nena había dormido con sus hermanos en un pasado, pero los dos simios eran muy bruscos y siempre la empujaban mientras dormían.

—- Está muy cómoda, no quiero ni moverme —- habló con mucha ternura hacia la nena que estaba mimida, le dejaba muchos besitos en su cabeza.

(N) Entre sus sueños disfrutaba cada caricia que recibía, haciendo que se aferre más a Lif.

—- Pero tendrás que hacerlo, es tarde y debo llevarte a tu casa —- Dee le mencionó cuando vió la hora, era bastante tarde y lo que menos quería era problemas con los padres de su novia.

La pelinegro puso un puchero a su novio, pero no lo convenció.

—- Está bien, ya me levanto —- resignada, agarró con fuerza a la menor para que no cayera al levantarse.

La llevó a su debida habitación y con mucho cuidado la dejó en la cama, la arropó muy bien y le dió un besito en su frente.

Dee miraba todo desde la puerta, no lo decía, pero en el fondo amaba ver todo eso.

Ambos dejaron la habitación de la menor, caminaron a la puerta de entrada, y al momento de abrir la puerta, notaron que estaba lloviendo a cántaros.

—- Llueve muy fuerte...

—- Ah, con razón (N) dormía muy profundo —- le dijo Dee, pues su hermanita siempre dormía mucho cuando llovía.

Se miraron, sin saber que hacer, estaban seguros que sus padres no dejarían que se queden a dormir juntos.

Lif llamó a la casa de sus padres, avisando de que cuando la lluvia se detenga, iría enseguida.

—- Bueno, puedes quedarte en mi habitación de momento, o ¿tienes hambre? —- cuestiona Dee.

—- Comer algo no estaría mal

Ambos fueron a la cocina, donde estaba Glam, le explicaron la situación y él estuvo de acuerdo.

Estaban comiendo unas galletas, solo para matar el hambre, sentados en la mesa miraban una película en el celular de Dee, hasta que unos pasitos los distrajeron.

—- DeeDee, ¿qué haces? —- la menor de la casa se había asomado en la puerta, tallaba su ojito y tenía su sabanita sobre su cuerpo.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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