🏎️𖦹 ׂ 𓈒 🏁 / ⋆ ۪𝓱𝓪𝔃𝓪ñ𝓪 𝓳𝓸𝓿𝓮𝓷🏎️𖦹 ׂ 𓈒 🏁 / ⋆ ۪

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🏎𝓞𝓭𝓮𝓵𝓲𝓪𝓱'𝓼 𝓹𝓸𝓿🏎

El domingo de carreras llegó con su característico calor sofocante, un día perfecto para desafiar la resistencia mental y física de cualquiera en la pista. Apenas puse un pie en el circuito, el familiar dolor en la muñeca se hizo sentir, como una punzada insistente que me recordaba lo cerca que estaba de la cuerda floja, balanceándome entre el éxito y la posibilidad de abandonar este deporte para siempre. No era una idea que me gustara enfrentar, pero tampoco podía negar que esa posibilidad siempre estaba ahí, rondándome.

Fui directo a mi box, evitando cualquier tipo de contacto visual, y comencé a vendarme la muñeca con cuidado. Mientras apretaba la venda, sentí algo de alivio; el dolor se calmaba un poco, y la muñeca ya no se sentía tan inestable. Un respiro de alivio escapó de mis labios. Esto tendría que servir para la carrera, aunque me doliera cada segundo.

Saludé a Yuki como siempre, y nos pusimos a hablar de cualquier cosa, intentando suavizar la tensión del día. Estábamos en medio de una conversación sobre el clima asfixiante cuando, de pronto, él sacó el tema que más quería evitar.

"Oye, ¿te peleaste con Oscar en la rueda de prensa?" soltó, alzando las cejas en una mezcla de sorpresa y curiosidad. Me tensé un poco, aunque intenté disimular.

"Solo fue algo leve. ¿Por?" respondí, sin poder evitar que algo de fastidio se colara en mi voz.

"Ah, pensé que había sido peor," dijo él, entrecerrando los ojos. "Se corre el rumor de que casi se van a los golpes."

Puse los ojos en blanco y traté de contener una sonrisa burlona. "Por favor. Ni para rasguñarlo lo tocaría," respondí, fingiendo una arcada de repulsión.

Claro, en el fondo de mi mente había pasado la idea de darle un buen golpe para que dejara de entrometerse en mi vida, pero solo de pensarlo ya me daban escalofríos. ¿Qué le interesaba lo que yo hiciera? ¿Acaso estaba celoso? Para mí estaba clarísimo, pero el hecho de que Oscar, quien siempre se había mostrado indiferente hacia mí, ahora tuviera el descaro de cuestionarme y hasta buscar pelea era... molesto. Un fastidio. Pero también algo confuso. Su actitud siempre había sido distante, casi como si yo no existiera. Sin embargo, ahora estaba pendiente de todo lo que hacía, dispuesto incluso a discutir frente a la prensa.

Sacudí la cabeza para borrar esos pensamientos. Lo último que necesitaba antes de una carrera era tener a Oscar rondando en mi cabeza, complicándome la concentración. Me puse de pie y me enfoqué en lo que seguía, que era prepararme para la formación y la ceremonia del himno nacional del país. Amaré las carreras, pero el ritual siempre me pesaba un poco: el nomex en la cintura, las botas de carrera que se volvían más incómodas a cada minuto, el bloqueador solar cubriéndome la cara y la gorra del equipo en la cabeza. Por más que lo intentara, no podía ignorar el deseo de usar otra vez la gorra de Max, pero después de lo que se había dicho, era mejor descartarlo. No valía la pena.

𝓦𝓮 𝓬𝓪𝓷'𝓽 𝓫𝓮 𝓯𝓻𝓲𝓮𝓷𝓭𝓼 │Oscar PiastriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora