Capítulo 7

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Capítulo 7: Cosas sin importancia

Capítulo 7: Cosas sin importancia

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Mónaco.

Max salió de su carro a como pudo, empezando a caminar hacia la puerta de la casa impropia, se sentía mareado, débil y el dolor de su cabeza lo estaba matando, en cualquier momento su lobo empezaría a tomar control de su cuerpo. Estando frente al pedazo de madera lo tocó con todas las fuerzas que le quedaban, aunque cuando este fue abierto, sus piernas fallaron, siendo rápidamente agarrado.

- ¡Mierda, Max! ¿Qué carajos pasó? -Preguntó Lando, pasando uno de los brazos del neerlandés por sus hombros, cerrando la puerta tras sus espaldas con su pie, pero cuando comenzaba a dirigirse hacia la sala de estar, él más alto lo besó-. ¿¡Qué acabas de hacer!? -grito, en cuanto pudo alejar al otro chico de él, manteniendo su brazo contra su pecho tratando que no volviera a besarlo.

- Dijiste que te ofrecerías, pero no estabas disponible. Ahora esta es tu oportunidad -Dijo, volviendo a querer unir su boca con la contraria, sin embargo el brazo del ruloso lo estaba deteniendo.

- Estás lo... -Norris tuvo que detener sus palabras, al observar como los ojos de su amigo se tornaban amarillos, advirtiendo que en poco minutos se convertiría por completo en un animal-. Mierda...

- Ayúdame... por favor... -Suplicó, consiguiendo que él omega quitará su brazo de su pecho.

- Estoy embarazado, Max... No puedo hacer nada más que besarte -Confesó, manteniendo un tono tranquilo.

- ¿Tienes supresores? -Interrogó, Lando asintió-. Me los tomaré y después haz lo que sea para engañar a mi lobo, pero tráelos, ¡ya!

El mayor al escuchar eso velozmente corrió a su habitación, iniciando a abrir gaveta por gaveta de cada mueble que había en su cuarto, casi rezando cuando le tocaba abrir la última y aún no encontraba ni una tableta, pero pudo volver a respirar al abrirla y mirar que ahí estaban las pastillas, las tomó con una de las botellas de agua que había en su mesita de noche. Regreso con el de ojos azules a la misma velocidad con la que se había ido.

El rizado al volver a la sala de estar, encontró a su amigo sentado en el piso, al parecer siguiendo intentar mantenerse cuerdo, Norris camino hasta él, poniéndose de cuclillas frente a él. El neerlandés levantó la mirada, sus ojos estaban completamente amarillos y eso asustó al castaño. Iba a negarse a tomar los supresores.

Aunque tenía una vaga idea de que podía llamar a Checo y que él se encargase del alfa, solo que si este no lo eligió, respetaría eso.

Pero de algo que no sabía el británico era que Verstappen era incapaz de creer que podría volver a mirar a Sergio luego de lo que se enteró.

El de ojos grises tragó saliva, maldiciéndose por lo que estaba apunto de hacer, con sus temblorosas manos  sacó una pastilla de la tableta y se la metió en la boca con un poco de agua, sin tragarla. Se sentó sobre las piernas del más alto, alzando la barbilla impropia para después besarlo, siendo perfectamente aceptado por Max, quien introdujo su lengua en la cavidad contraria a la primera oportunidad, ahorrándole un gran trabajo al otro chico.

I Will Always Be For You | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora